Cine

El Último Elvis, la última gran maravilla

Por Milly Sur Bianchiman

El director publicitario Armando Bo (nieto del actor y director Armando Bo, mejor conocido por dirigir las películas eróticas de Isabel Sarli), quien coescribió Biutiful, de Alejandro González Iñárritu, escribe y dirige su obra prima, El Último Elvis.

El film cuenta la vida de Carlos Gutiérrez (John McInerny), un excelente imitador de Elvis Presley (el mejor del mundo), que vive, respira, transpira y come cómo su ídolo, llevando su idolatría al borde de la locura. Su ex mujer se llama Priscilla (Griselda Siciliani), y su hija Lisa Marie (Margarita López). Con ambas mantiene una relación carente de afecto y sentimientos, siendo un desentendido del rol que tiene como padre.

Vive en la sombra de la persona a la que aspira ser, poniéndolo en ridículo, y su tenacidad lo convence de que su mejor show está por venir. Sus planes se truncan cuando inevitablemente debe involucrarse en la vida de su hija, quien le toma cierta estima al descubrir quién es su papá.

La cámara de Armando Bo nos traslada a la vida decadente de este artista frustrado, que busca constantemente la felicidad en ese mundo creado por el fanatismo, que excede los límites de su triste realidad. Como pocas veces sucede en el cine argentino, la fotografía y los escenarios toman un fuerte papel en la historia que aploman y ensombrecen los escasos momentos de felicidad. El guión de Nicolás Giacobone (Biutiful) y Bo no esclarecen el porqué de los actos de Carlos (aunque quizás sean obvios), más bien intentan justificarlos con el retrato de su vida.

John McInerny, en su trabajo debut como actor, nos persuade gratamente con su papel de cantante desesperanzado y nostálgico, que solo quiere ser reconocido por lo que es: un maravilloso y absurdo imitador de Elvis Presley. McInerny, como personaje y como actor, simpatiza y se potencia al lado de quien interpreta a su hija, Margarita López, por lo que hace más inexplicable e incoherente el acto final.

El Último Elvis es una excelente obra prima que acalla los prejuicios puestos sobre el cine argentino, que muy a pesar de algunos déficits explicativos del guión, consigue atraparnos en este viaje apasionante y melancólico hacia la locura.

Yo opino

Por Ale Yunes Mor

La música, como si se tratara de uno de sus shows en Las Vegas, inicia con Sprach Zarathustra -conocido por el film 2001, Odisea en el Espacio-, composición de apertura utilizada recurrentemente por Presley, le siguen An American Trilogy, Doin The Best I Can y tantos otros que transcurren para apoyar las condiciones en las que se encuentra nuestro personaje y nos envuelve en el torbellino ciclotímico de la historia. Si a esto le sumamos las maravillosas interpretaciones de Always On My Mind, Suspicous Mind o Unchaind Melody recitadas por Mc Inerny, se crea una obra musical en concepción maravillosa.

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.