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Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

Por Romi Bonetto

Desde un comienzo sabíamos que esta versión de Blanca Nieves se alejaba bastante de la de los hermanos Grimm.  O sea, tenemos un espejo mágico, aunque uno muy inusual; los enanitos, que vienen con sorpresa incluida; magia negra, un príncipe y belleza, mucha belleza.

Estos ingredientes están, pero la mayoría podríamos decir que hasta cumplen un papel distinto en la historia. No voy a revelar ningún aspecto referido a la trama así que en esta nota no hay spoilers, o por lo menos no los considero grandes reveladores.

Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

Blanca Nieves y el Cazador cuenta con excelentes efectos visuales, y la temática “oscura” que rodea esta historia les permitió a los técnicos darse el lujo de lograr un verdadero bosque tenebroso y grandes batallas épicas contra el ejército negro, obra de la estremecedora madastra/bruja Ravenna, interpretada por la bellísima Charlize Theron.

Pero no todo es color de negro, también somos testigos de la hermosa visualización de un santuario natural habitado por criaturas mágicas que florecen gracias a la presencia de Blanca Nieves (Kristen Stewart), y que a diferencia de la original, esta no habla con los seres (por lo menos no oralmente) pero nos dan a entender que ella está destinada a terminar con la oscuridad que vive el reino.

Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

La película resultó al principio un tanto lenta, pero repunta a partir del desesperado intento de Blanca Nieves de escapar del castillo después de 10 años encerrada en una celda. Consigue resguardarse en el Bosque Oscuro, muy a su pesar, con varios súbditos de la reina pisándole los talones.

Es acá cuando aparece el Cazador (Chris Hemsworth), a quién Ravenna le ordena encontrar a Blanca Nieves a cambio de revivir a su difunta esposa. Pero una vez que el Cazador se topa con ella, decide ayudarla a escapar.

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Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

La magia de Ravenna que la mantiene joven y bella está perdiendo fuerzas y es por eso que está desesperada en atrapar a Blanca Nieves, ya que su espejo mágico le ha dicho que su belleza y pureza son la clave para terminar con su agonía y ser eternamente hermosa.

Ahora bien, la belleza es el núcleo que mueve a esta historia. Se toca tanto la externa como la interna, pero lo que en realidad pretenden mostrar es que la interior es la única capaz de ganar sobre la exterior. Y esto se refleja en la determinación de Blanca Nieves por acabar de una vez y por todas con el oscuro reinado que su madrastra se ha encargado de construir, aunque lamentablemente esto le cueste algunas pérdidas de vidas humanas.

Pero la heredera del Rey Magnus no está sola. Acompañándola en la batalla se encuentran su leal pueblo, los enanos, el cazador y el príncipe William, mejor amigo de la infancia y quién impulsado por algo más que amistad, salió en su busca apenas supo que estaba viva.

Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

Blanca Nieves y el Cazador debería llamarse Blanca Nieves, el Cazador y la Bruja. Sin dudas Charlize Theron es la villana perfecta que supo comprarnos con su inocencia desde un principio y aún más con su extrema maldad. Chris Hemsworth, el que ahoga sus penas con alcohol y conoce el bosque oscuro más que nadie, sabe defenderse en su papel. Kristen Stewart demuestra que no es la inofensiva princesa a la espera de que su príncipe la salve. Se calza la armadura sin dudarlo y decide tomar cartas en el asunto.

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Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

Uno de los aspectos más flojos de la película, aunque para unos no demasiado importante, fueron los falsos acentos británicos. Theron y Stewart fueron las más consistentes, aunque con altos y bajos, mientras que Hemsworth tuvo más dificultad y terminó creando una mezcla de acento australiano-británico-irlandés.

Con respecto a la música, una vez más, James Newton Howard crea piezas que encajan a la perfección en cada una de las escenas y transmiten las emociones justas, ya sea en el campo de batalla como en las partes más emotivas.
El tema Breath Of Life de Florence + the Machine fue el encargado de darle el cierre al film en los créditos finales, acompañados de un interesante compacto de imágenes en primeros planos.

Con todo, habrá que seguir de cerca los próximos trabajos directivos del novato Rupert Sanders, quien antes de SWATH, se dedicaba completamente a filmar publicidades.

Snow White and the Huntsman, ningún cuento de hadas

Romi Bonetto

Soñadora, cool y espectadora sensorial ya sea de la música o el cine. Amante de NYC y de la fotografía, de los buenos recitales, las sagas y los viajes. Misteriosa, Romina te va a atrapar en la primera línea.