El agua que corre por un arroyo, las hojas del otoño cayendo, el aroma a pino en un bosque frondoso ¿Que tanto deberíamos valorar nuestro planeta? En la película sueca Aniara los personajes van a encontrar la respuesta a esta pregunta, por el camino difícil.
Una nave transporta humanos a Marte, todos están felices. Claro, es muy simple ser feliz en un lugar más parecido a un lujoso hotel que a un medio de transporte. Veintidós restaurantes, piscinas, spa, salas de juego, centro comercial, boliche y todos los chiches están en este lugar. Pero si la estadía de tres semanas se extiende a dos años, la crisis llega.
Cuando lo imposible sucede el capitán de ANIARA se ve obligado a cambiar de rumbo y desechar todo el combustible disponible. Ahora son dos largos años para llegar a destino, tiempo para el que esta insaciable sociedad consumista no estaba preparada emocionalmente. Ahora la única conexión con la Tierra es una sala donde habita una computadora que reúne los recuerdos de cada persona y les permite experimentar momentos en su planeta de origen. Esta experiencia es controlada por MR (Emelie Jonsson), la protagonista de esta historia.
La película es una ambiciosa adaptación del poema homónimo de Harry Martinson, dirigida por Pella Kågerman y Hugo Lilja. El relato está dividido en varios capítulos que abordan el desarrollo psicológico de los personajes. La alegría se convierte en angustia, la rutina se vuelve paranoia, el amor muta en horror. Aniara lleva la desesperación al límite, nos mantiene en vela y se vuelve un poco tediosa hacia el final. No voy a mentirles, su mensaje simplista pero contemporáneo fue un poco decepcionante pero disfruté mucho del camino.
Aniara se proyectará el MIE 10 a las 14:35HS MB y el VIE 12 a las 20:40HS en INCAA Gaumont.
