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Black Sails: la última gran serie más allá del género pirata

Por Luis García Fanlo

La producción actual de series de televisión se ha convertido en una máquina industrial que no puede darse el lujo de detenerse ni un solo instante porque la demanda tiende a infinito y los sujetos telespectadores y los fans no cesan de solicitar nuevas y cada vez más sofisticadas historias.

Los guionistas están de parabienes pero la escritura en cadena de montaje no es buena amiga de la originalidad y mucho menos de la sensatez, de modo que proliferan las precuelas y secuelas tanto como las remake y las reimaginaciones; se reactualizan y se resetean series exitosas a las que se cambian los personajes y hasta el género para que duren una temporada más y excelentes historias quedan malogradas porque como tienen grandes audiencias no pueden darse el lujo de simplemente terminar cuando debían y podían hacerlo.

En ese contexto decir que se acaba de estrenar una serie de televisión del género “piratas del caribe” y que se presenta como una precuela de un libro (no de otra serie o de una película) que no es otro que “La isla del tesoro” del gran escritor inglés Robert Louis Stevenson, no nos da ninguna confianza a priori sobre su calidad ética o estética más allá de pensarla como un divertimento para niños y niñas en edad escolar.

Pero para hablar de series hay que visionarlas y eso es precisamente lo que hice aunque previamente, como es habitual, hice la tarea y me informé sobre quienes la producían, la escribían y la protagonizaban (los tres elementos básicos, no necesariamente ensamblados, de toda serie de televisión: productores, guionistas y actores).

Ya nos impacta el saber que los creadores de la serie son Jonathan E. Steinberg (“Jericho”, “Human Target”) y Robert Levine (“Human Target”, “Touch”) y están acompañados en la producción ejecutiva por Michael Benjamin Bay (“Transformeres”, “Armageddon”, “Pearl Harbor”); c (“The Texas Chainsaw Massacre”, “The Amityville Horror”, “Friday the 13th”, “A Nightmare on Elm Street”); algo así como el seleccionado mundial de lo mejor de la puesta en escena de grandes historias del género fantástico y de terror.

Luego, que la responsable de la serie sea la prestigiosa cadena de televisión Starz y que aún sin estrenarse ya tenga confirmada una segunda temporada; la música del genial Bear McCreary (“Battlestar Galactica”, “Caprica”, “Human Target”, “The Walking Dead”). A todo esto se suman las actuaciones protagónicas del gran actor de teatro, cine y televisión británico Toby Stephens encarnando al Capitán Flint, quien encabeza un destacado elenco coral.

¿Y bien? La serie narra la historia del Capitán Flint y su tripulación en busca del barco español que transporta desde América hacia Europa las más grandes riquezas provenientes de las colonias americanas con una lograda actuación de todos y cada uno de los actores (el cast es excepcional), una espectacular ambientación y puesta en escena.

Además, posee la original capacidad de los guionistas para encontrarle la vuelta al género y siendo fieles mostrarnos una visión realista, crítica y compleja del mundo de vida de los piratas, con su democracia e igualitarismo plebeyo en una época de reyes y colonialismo, sus códigos y sus reglas prácticas que regulan tanto su vida cotidiana como su trabajo de piratas y fundamentalmente, y aquí reside lo mejor de la serie, de su estrecha relación y vínculos con la sociedad capitalista. Porque para estos piratas el ser corsario es un trabajo como cualquier otro que requiere, además, una administración como cualquier otra industria, y desde luego una vida más allá del “horario de trabajo”; pero además porque lo que roban lo venden a los más selectos y respetados comerciantes de la Corona quienes se encargan, a su vez, de devolverlos al mercado acumulando ganancias extraordinarias.

De modo que la realidad y la ficción se entrecruzan y ensamblan para producir una diégesis realista que es lo que le otorga a la serie no solo un verosímil de género sino también, y lo más importante, un verosímil social del siglo XVIII que sin recurrir a la metáfora ni la alegoría habla también de nuestro presente.

 

Luis García Fanlo

Luis E. García Fanlo (Buenos Aires, 1957) Doctor en Ciencias Sociales y Sociólogo (UBA). Investigador del Área de Estudios Culturales (IIGG-UBA). Investigador del Centro de Investigaciones en Mediatizaciones (UNR).