Hace unos años atrás se estrenó una película llamado La autopsia de Jane Doe, del director André Ovredal (Trollhunter). Esta era una propuesta dividida en dos partes siendo la primera la más interesante mientras que la otra caía en todos los cliches del género y en la explicación de un misterio. Cadáver, o mejor dicho La posesión de Hanna Grace esta lamentablemente más cerca de esa segunda mitad.
Este es el nuevo trabajo de Diederik Van Rooijen, responsable de varios largometrajes, uno de esos profesionales fáciles de manejar por los productores como en este caso. La protagoniza Shay Mitchell a quien seguro conocen de la serie Pretty Little liars y que acá a pesar de ser convincente en su papel, tiene que lidiar con un montón de situaciones ridículas escritas por el guionista Brian Sieve.
El principal problema con Cadáver es que no da miedo. En cada oportunidad que uno piensa que va a pasar algo interesante el director lo arruina con malas decisiones, promoviendo el uso de efectos especiales y el uso fuerte de la banda sonora, se trata del famoso caso de alguien que desconoce los mecanismos que hacen funcionar a una escena de miedo. El único logro son los atenientes al los movimientos del cadáver en cuestión interpretado por Kirby Johnson, que nos recuerdan al del fantasma de la saga Ju–on de Takashi Shimizu.
Aun peor, y esto es algo que sí entendía el director de Jane Doe, es que el misterio de lo que pasa con el cadáver se revela al principio, entonces cuando los dos personajes se encuentran no hay intriga posible que mantener, no hay suspenso, no hay nada interesante por el cual seguir esta historia. Lo que queda es la típica trama de redención de Shay Mitchell, la cual fue trabajada de la manera más simplona y sólo sirve para que la actriz muestra sus distintos rangos actorales, pero esto tampoco importa del todo porque se sabe que no le pasara nada. Cadáver es una decepcionante propuesta de terror que cae en todos los clichés del género. Valoración: Regular
