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Hace un tiempo que venimos bastante acostumbrados a lo que Netflix nos ofrece en materia de contenidos propios, especialmente en lo que refiere a producción y creatividad. Con ése precedente, no había demasiadas razones para desconfiar cuando se dio a conocer el proyecto de realizar una adaptación sobre uno de los más profundos superhéroes de la historia en conjunto con Marvel Studios. Porque además de ser parte fundamental de la llamada era de oro de las series, Netflix ha sabido tomar las riendas y sumarse sin dificultades a esta era de oro para las adaptaciones de cómics.
Hace algunos años pudimos ver a Daredevil trascendiendo el cómic de la mano de Ben Affleck para ocupar un lugar en la pantalla grande. Y como muchos recordarán, la crítica destrozó esta versión, dejando al superhéroe de Marvel en una zona gris para aquellos que lo veían por primera vez. Es que no se trata de un personaje que pueda ser tomado a la ligera, ni abordado livianamente desde la clásica fórmula de un muchacho que ha sido maltratado toda su vida y que, gracias a un evento fortuito, se convierte en un justiciero enmascarado dotado de asombrosos poderes, aunque ciertamente hay bastante de esto. Pero para pensar a Matt Murdock y al héroe en que deviene, debemos adentrarnos en un universo oscuro y profundo donde, a diferencia de muchos cómics, hay un contenido intenso y violento fuertemente desarrollado para un público adulto.
Este aspecto está muy bien trabajado en la propuesta de Netflix, que intercala momentos de misterio y suspenso con algunas (extensas) escenas de lucha y raptos de violencia. Sin embargo, como también es habitual en este tipo de propuestas, se hace presente el humor simplón que se usa para distender y crear una atmósfera que rompa con lo homogéneo. Aquí es donde se encuentra muy bien lograda la química entre el personaje principal, Matt Murdock (o Daredevil) encarnado por Charlie Cox y su sidekick, Franklin Foggy Nelson (Elden Henson).
El guion se mantiene correcto en aquellos lugares que resultan de mayor importancia para los fans, priorizando el desarrollo del protagonista y de sus antagonistas, mientras realza la presencia de los roles secundarios, haciéndolos crecer al ritmo misterioso que se necesita en estas producciones. Lo más importante, es que aquí se muestra al hombre sin miedo tal cual es (incluso, dejando ver algunas de sus áreas más endebles). El traje, una cuestión para nada menor cuando de superhéroes hablamos, generó algunas controversias en los fans, pero claro que Netflix no debe lidiar aquí con un público corriente: pocos espectadores resultan más exigentes que aquellos que ven a sus héroes del papel cobrar vida en pantalla.
No es sencillo para el resto de la potencial audiencia ingresar a este tipo de series, especialmente para aquellos que se mantienen al margen de los intrincados laberintos de los cómics. Pero Daredevil es una propuesta que sabe invitar a los espectadores sin apelar al fanatismo, dándole una suerte de giro que lo convierte en una inteligente y humanizada adaptación de uno de los personajes más oscuros en su universo. Y luego, la audiencia se queda porque, quien no se enamora de un justiciero enmascarado que hace sus propias reglas. Al menos, nos quedamos para ver si Matt resuelve su próximo misterio como abogado principiante o si se involucra en una sangrienta contienda con algún criminal por las noches.
La historia comienza a contarnos cómo aparece Karen Page (Deborah Ann Woll) en la vida de Matt y Foggy, dos abogados novatos que se debaten entre crecer en su profesión a como dé lugar, o hacer justicia para los inocentes (siendo esta la postura del noble Matt). Para los conocedores, de más está decir que esta aventura transcurre en Hell’s Kitchen, una porción de Nueva York que a este punto, está abarrotada de maleantes que esconden los más siniestros secretos. Allí es donde entra en acción Vincent D’Onofrio interpretando a Wilson Fisk (Kingpin), un poderoso hombre de negocios a quien veremos ascender como el némesis de Daredevil.
Es importante tener en cuenta que aquí veremos a una Nueva York derruida, donde el pequeño Hell’s Kitchen luce como un área perdida en el tiempo. Esto tiene que ver con que, las creaciones de Marvel guardan siempre una relación entre sí: en este caso, la historia de Daredevil sucede a un incidente que ha destruido toda la ciudad luego de que la Tierra fuera amenazada y atacada por una raza alienígena liderada por una suerte de dios de largos cuernos. Los acontecimientos de la película The Avengers y la desolación que causa el ataque de Loki, originan el escenario donde se localiza, un tiempo después, Daredevil. Y es por esto también que ahora Nueva York se ve convertida en un agujero negro asediado por mafias y criminales del peor tipo.
Matt Murdock fue criado por su padre, un boxeador de poca monta llamado Jack «Batallador» Murdock, en un gris rincón de Manhattan conocido como Hell’s Kitchen. En un desafortunado episodio, luego de intentar impedir un accidente, el joven Matt queda completamente ciego al derramarse sobre su rostro la carga radiactiva que transportaba un vehículo. Curiosamente, es esta misma sustancia la que incrementa sus otros sentidos, dotándolo de una audición fuera de lo común.
Su gran sed de justicia y defensa a los inocentes impulsó a Matt a convertirse en abogado, a la vez que, bajo la tutela del maestro de artes marciales Stick, aprendió a dominar sus habilidades para convertirse en un formidable y astuto luchador. Antes de graduarse, su padre es asesinado por los agentes de Roscoe Sweeny al negarse a perder una pelea y los culpables del crimen jamás rinden cuentas a la justicia. Es allí cuando el hijo decide vengar a su padre, poniéndose un traje (que derivará en el mítico atuendo rojo) y saldando las cuentas por mano propia. Es así como junto a su compañero Foggy emprende el inicio de su firma de abogados para servir a la Ley durante el día como un noble abogado ciego, y arreglando las cuestiones que escapan de las manos de las normas escritas por las noches, bajo el nombre de Daredevil.