Cine

Dia1 #MarFilmFest: Tienen que ver Al Morir la Matineé

Por Santiago González

Al morir la matineé: Terror en la opera

A primera vista lo que más llama la atención de esta producción uruguaya es su apartado técnico. No se trata sólo de una película vistosa sino también de una en donde se le prestó atención al departamento de arte y al de diseño. Todo este esfuerzo tiene su lógica, no solo sirve para mostrar que se puede hacer cine de género en Uruguay, sino que justamente la temática que trabaja la película está muy ligada a cierto tipo de cine, y en especial a ciertos directores. Se trata de un acercamiento al cine slasher pero al hecho por los europeos en la década del ochenta. Si hablamos de  ese país por supuesto pensamos en Dario Argento, su máximo exponente. La referencia es evidente en el afiche de Opera (1987) que se puede ver los pasillos de ese cine el cual también lleva el mismo nombre.

Un grupo de personas de distintas edades se junta en una sala de cine a ver una de las tantas películas de Frankestein. Entre ellos hay un asesino que le arranca los ojos a sus víctimas para comérselos. Evidentemente el tema principal que trabajará su director Maximiliano Contenti va a ser el de la mirada. El motivo del asesino se rige por eso, pero también lo estará en esos personajes que ven la película, algunos con miedo, otros con aburrimientos. La única que no vera la película será la final girl (Julieta Spinelli) que casualmente es la proyeccionista. En ese sentido no es de extrañarse que Al morir la matineé sea una reversión de Opera de Argento, una película donde el asesino le ponía alfileres en los ojos a la protagonista para que viera los asesinatos, porque no tiene sentido ver una película de terror y taparse los ojos ante los momentos aterradores o sangrientos. 

Al otro director al que retrotrae todo este juego con la mirada es Brian de Palma, algunas decisiones visuales, en especial con la pantalla partida parecen confirmarlo, pero por sobre todo la idea constante de estarse viendo. 

La película de Contenti tiene también mucho en común con The editor (2014) de Matthew Kennedy y Adam Brooks. Una película que homenajeaba al giallo, sub-genero precursor del slasher, desde la detallista reconstrucción  de la época, e incluso desde la mirada autoconsciente, con infinidad de referencias. La diferencia es que The editor caía en el chiste de burlarse de los lugares comunes del giallo, mientras que Al caer el matineé se toma en serio al género. Su director en ningún momento pierde la coherencia de la idea que quiere expresar y la mantiene hasta el último plano de la película. Es un mundo construido de manera obsesiva como esos directores que toma como referencia. 

Por otro lado si quieren ver una película entretenida Al morir el matineé lo es. Desde sus primeros minutos se plantea una intriga y esta se mantiene lo suficiente como para no aburrirnos. A la vez el color rojo estará presente durante toda la película y es el que más predomina, al principio para alertarnos del baño de sangre que habrá y luego para tapar la pantalla de ese cine de Montevido. Rojo, el color predilecto del cine de terror. 

Santiago González

Estudiante de Artes Combinadas de la UBA y Crítica en el UNA. Le gusta escribir y ver películas la mayor parte del tiempo. Es fanático del cine de terror.