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|Por Mercedes Spinosa @merspinosa
Todo comienza en un pequeño y pintoresco pueblo norteamericano en el que nunca falta un
bosque tenebroso, con mucha niebla, en donde se pueden descubrir casas abandonadas, ni
una activa vida social. La historia gira alrededor de un grupo de atractivos y sensuales jóvenes
cursando los últimos años de la preparatoria, algunos de ellos ocultan un secreto: su naturaleza
sobrenatural. El amor, la amistad y los riesgos invaden la vida de los protagonistas en la lucha
entre el bien y el mal.
La mágica fórmula que se instaló en el paladar adolescente con la aparición de la zaga Twilight se
ha convertido en la receta predilecta de las cadenas televisivas que apuntan a un público juvenil.
El final del 2011 marcó el inicio del efecto Crepúsculo en su faceta post vampírica. Teen Wolf y El Círculo Secreto siguen el paso a paso para alcanzar ese mismo éxito.
No sólo vampiros trajo Crepúsculo a la vida de las adolescentes. Los hombres lobo también son
parte fundamental de la historia, y MTV apostó a ellos con Teen Wolf. La serie se basa en la
película homónima de 1985 protagonizada por el gran Michael J. Fox, y fue estrenada el 5 de
junio durante el midseason. La primera temporada está compuesta de 12 episodios y debido a los
niveles de audiencia, ya se confirmó una segunda de 24 capítulos. En Latinoamérica la transmite
Spin, la apuesta joven de Sony.
Teen Wolf relata la vida de un tímido joven, Scott McCall, que en medio de una travesura con su mejor amigo, Stiles Stilinski, es mordido por un hombre lobo tras lo que sus sentidos se agudizan. De un segundo a otro, la vida de McCall se transforma, deja de ser un invisible para convertirse en un destacado jugador de lacrosse (en la original, Fox practica básquet) y comienza una historia romántica con Allison Argent, una joven que acaba de llegar al pueblo.
En relación a otras series de MTV, Teen Wolf se destaca por la calidad de su producción y por
algunas actuaciones. Sin embargo, no aporta nada nuevo en el género sobrenatural y repite los
mitos de hombres lobos de otras historias. Asimismo, sorprende la rapidez con la que McCall se
adapta a ser un lobo, y que descubre serlo con la información que su mejor amigo obtiene de
Google. Nada de viejas tribus, manadas ni largos traumas.
Un círculo mágico
El canal estadounidense juvenil CW vuelve a confiar en las novelas de Lisa Jane Smith para otra
serie. Tras el éxito de The Vampire Diaries, el 15 de septiembre la señal estrenó El Círculo Secreto. Vampiros y hombres lobos no aparecen en la trama –por ahora – centrada en jóvenes brujos. En ésta parte del mundo se podrá por ver en Warner Channel desde el 9 de noviembre.
Tras un confuso episodio en el que fallecen muchos jóvenes del pueblo, la madre de Cassie Blake
decide alejarse para siempre de Chance Harbor. Sin embargo, tras su muerte, la joven se ve
obligada a volver, donde descubre ser una bruja que forma parte del Círculo Secreto junto a cinco
adolescentes más. Con Cassie se cierra el círculo y los misterios comienzan a develarse, al mismo
tiempo que las aventuras que deberán sortear.
La lucha entre el bien y el mal y el romance empalagoso parecen ser los hilos conductores de una
historia en donde los hechos se suceden rápidamente y poseen poca profundidad. Como en toda
serie teen, los personajes tienen una apariencia de revista luciendo ropa verdaderamente increíble (especialmente para gente que vive en un pequeño pueblo) y contando con la última tecnología. Lo peor de la historia, sin duda, son los inverosímiles e infantiles diálogos entre los adultos que encarnan el bando de los “malvados”.
Por algo son clichés
Hay un público para todo. Las series sobrenaturales softcore, producto del efecto Crepúsculo, lo demuestran. El amor profundo, a primera vista, intenso e imposible, la falta de conflicto al aceptar contar con poderes, aventuras y tragedias, y diálogos que hace dudar de la capacidad de los guionistas están a la orden del día.
Millones de adolescentes en el mundo están de parabienes con la llegada de dos nuevos shows
que siguen al pie de la letra los parámetros y clichés de lo que están buscando. Los que prefieran
profundidad y conflictos reales, tengan a bien abstenerse.
