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«Todo pasa, todo se olvida, pero el arte queda, y sin pretensión de que sea arte, me parece que mi trabajo artístico es lo único que merece atención» señala Eugenio Zanetti, artista autodidacta, ganador de un Oscar por su dirección artística en la película Restauración (1995) y nominado por su trabajo en Más allá de los sueños (1998), protagonizada por Robin Williams. Renegado de su premio y del título de artista, Zanetti se presenta con orgullo en su ciudad natal, Córdoba, para presentar una retrospectiva de su trabajo en Hollywood pero, al mismo tiempo, regresar con una muestra de su obra más personal y artística.
Se trata de dos exposiciones que engloban aspectos de su vida, destinados a públicos diversos, uno quizás más cineasta y otro más vinculado a las artes plásticas.
«Me pone muy feliz que se vean dos cosas que casi nunca se juntan de mi trabajo. Lo más importante fue no enfocar en mí como persona las muestras, sino en el trabajo; lo más interesante está en el trabajo. Todas las otras cosas, los premios, estoy agradecido pero son una parte icónica, todo pasa, todo se olvida, pero el arte queda; y sin pretensión de que sea arte, me parece que mi trabajo artístico es lo único que merece atención . En este caso, se juntan una muestra que fue hecha inicialmente en la academia de Hollywood, y es la retrospectiva de mi trabajo de 30 años en el cine; y también la muestra de pintura, que es un placer presentarla, que no está directamente relacionada, pero sí a un nivel más profundo porque creo que todos tratamos de sacar imágenes exteriores y ponerlas en el trabajo que uno hace».
Zanetti posee una formación autodidacta, aunque siempre recalca que no está orgulloso de eso, cuenta que su padre “un trabajador de la cultura durante toda su vida” no lo quiso enviar a estudiar a una universidad por considerar que sería influenciado por la academia, a cambio, le brindó todo el conocimiento que pudo a través de unos libros que poseían todo el arte que hasta ese momento existía. A la técnica la encontró solo y a su camino se lo hizo por igual, el resultado son unas obras increíbles tanto para una gran industria como el cine, como para el espacio más íntimo y reservado que plantea el contemplar una de sus obras.
Su trayectoria en el cine comenzó de la mano de Paolo Pasolini, pero en su carrera se cruzó con grandes maestros del cine, actores, directores, sonidistas, que lograron interpretar su parte creativa y darle vida a esos escenarios que habitaron la pantalla grande.
“Nunca hice la escuela de bellas artes, entonces nunca me contagié de las tendencias contemporáneas. Lo que sale es lo que sale. Mi papá insistió en que no fuera porque uno está en una época muy influenciable, entonces te influencias y te lleva como diez años sacarte eso de encima y me regaló una colección de libros de arte, que acá está (señala sus cuadros). Yo creo que la técnica uno tiene que inventársela, entonces a mí me toco; yo no estoy orgulloso de ser autodidacta, no lo llevo como una bandera. Me tocó compartir el taller con Antonio Seguí en París y a mí me encantaba el gallego, hablaba y decía que era un gran pintor y me encantaba estar con él, pero no tiene nada que ver lo que él hace, para nada”.
Recorrer junto a él su obra, pararse frente a un cuadro suyo y que simplemente no encuentre mayores explicaciones a sus creaciones que la expresión del alma, es entender el arte y el trabajo de un artista desde el lado más puro y profundo de la creación, y comprender que no hay que cuestionarse tanto para apreciar la historia detrás de un cuadro, salvo algunas anécdotas personales que surgieron en torno a determinadas pinturas.
“Hay una cosa que para mí es importante, que no voy a decir nada de los cuadros, a diferencia de los dibujos los cuadros no se pueden explicar, entonces lo único que podemos hacer es caminar y ver los cuadros”.
“Todo a mi modo de ver en la pintura es una suma de duros y blandos, es decir no sigue una lógica simbólica”
Más allá de los sueños es la retrospectiva de su carrera en cine, que se presenta en el Cabildo de la Ciudad de Córdoba, mientras que El teatro del mundo es la muestra que se expone en el Museo Genaro Pérez y que está compuesta por 30 pinturas de gran formato, realizadas en óleo sobre tela, en su mayoría se trata de retratos pertenecientes a la imaginación del artista, en algunos casos inspirados en personas de su entorno. Las pinturas poseen una iluminación profunda en contraste con escenarios oscuros, de una tendencia barroca y unos recursos muy clásicos y tradicionales.
Dentro de la muestra que se exhibe en el Genaro Pérez, hay una serie que se llama “Cartoneros” según explica su autor, “está inspirada en unos cartoneros que pasan por mi casa en Buenos Aires, y yo nunca me he atrevido a decirles, pero de a poco aparecieron y una vez yo no quería despertar sospechas y entonces le dijimos a la mucama si ella le podía decir si él quería venir a ver el cuadro y el hombre subió y dijo: -no pero no soy yo.Y le digo: -no, no es usted, se parece. Y me dice: -no no, es igual a mi primo”.
Las dos muestras que se presentan en Córdoba hasta el 1 de junio, son también la antesala para la presentación de su ópera prima como director: Amapola. Se trata de una película en la que hace tiempo trabaja y que finalmente se estrenará en el país en junio de 2014.
La trama del filme es la historia de una mujer que viaja hacia el futuro, que no le gusta lo que ve en ese futuro y viaja en el tiempo para intentar cambiarlo. Con un elenco de renombre, sus años de experiencia en la industria le permiten darse el lujo de trabajar también con amigos: “Entre los actores hay un grupo de actores americanos muy jóvenes y un grupo de actores argentinos muy avejentados”, cuenta Zanetti. Protagonizada por Camila Belle (10.000 a.C) y François Arnaud (The Borgias); Amapola cuenta también con las actuaciones de Geraldine Chaplin, Leonor Benedetto, Lito Cruz y Elena Roger.
«Amapola es lo más parecido a un cuadro, desde mi punto de vista, está hecha a pinceladas, la actuación, lo visual, tiene esa parte personal, es una película de opera prima una ópera prima a los 66 años es todo un gusto».