Respira: Transgenesis es la nueva película del director argentino Gabriel Grieco, quien anteriormente había dirigido Naturaleza muerta (2015) e Hipersomnia (2017), dos películas interesantes de terror que posicionaron a Grieco como una voz a tener en cuenta dentro del género. Su nuevo opus está más cercano a Naturaleza muerta, o sea un cine que transcurre en una provincia perdida de Buenos Aires, con conflictos reales y cuyo terror provienen de lo cotidiano.
La historia trata sobre una familia que debe ir a vivir por una semana a una zona rural dado que el patriarca (Lautaro Delgado) consiguió un trabajo como fumigador aéreo de campos. Una vez allí tendrá que enfrentarse a un jefe que es misógino, machista y que se mete con el personaje de Sofia Gala, quien interpreta a la mujer de Delgado y que es un personaje de armas tomar, la verdadera jefa de esa familia. No será el único conflicto ya que ellos dos junto a su hijo se verán envuelto en una trama que mezcla el terror con reminiscencias a The strangers (2009), la aventura con influencias del Indiana Jones de Steven Spielberg e incluso lo político.
Ese es el punto más interesante de esta propuesta. Como todas esas influencias conviven armoniosamente sin pisarse, sin ser una más importante que la otra y sin ser metidas forzosamente en la trama. Cuando el terror aparece es una consecuencia lógica del desarrollo de la trama. Lo político tampoco es una bajada de línea sino que esta sabiamente insertado en la historia. Dada las relaciones que hay en la película es lógico que una cosa así suceda y que este metida la clase alta. De hecho Grieco muestra a esas dos clases sociales luchando una contra otra, mientras que la clase media está metida en ese conflicto como unos espectadores que tarde o temprano van a tener que tomar una posición y ponerse en acción.
Respira: Transgenesis dura apenas unos 80 minutos pero eso le basta y sobra al director y también guionista para contar su historia. El bajo presupuesto, que apenas se nota, es usado sabiamente. Se trata de un producto simple, bien narrado que, sacando algún bache en el ritmo de su primer acto, muestra que Grieco creció como director. Lo ayuda por supuesto un grupo de actores profesionales que además de ser convincentes en sus respectivos roles también fueron bien elegidos. Valoración: Buena
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