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«Mi desafío más grande fue poder encontrar el espíritu de Gilda en Miriam, creérmela cuando no estaba maquillada, vestida ni producida» comienza la entrevista Natalia Oreiro a NegroWhite desde el Miami Film Festival donde vino a presentar Gilda, No me arrepiento de este amor, junto a la directora argentina, Lorena Muñoz.
Entre micrófonos, cámaras y entrevistadores de todo el mundo, Natalia se desenvuelve con total naturalidad y comodidad. Sus ojos brillan y su sonrisa deslumbra cada vez que alguien se le acerca para felicitarla por su interpretación y belleza.
Es que esta actriz uruguaya es conocida en todo el mundo. A partir de la novela Muñeca Brava su popularidad alcanzó países impensados, tales como Rusia. Es tal el fanatismo en este país, que su web está subtitulada en su idioma. Al igual que en su vida, en su sitio personal, se puede ver su faceta de diseñadora, emprendedora, cantante y artista que la motiva cada día.
«Al ser cantante y actriz, tenía más facilidad para interpretarla. Sin embargo, me faltaba poner su impronta musical y su forma de ser para poder transmitir la angelicalidad de Gilda. Su look, su fuerza interior y su música tan original hicieron que la gente la considerara como una santa y eso era lo que debía reflejar» nos cuenta Natalia, quien dice ser admiradora de la cantante desde pequeña.
Para construir este personaje fue muy importante relacionarse con su familia, artistas y conocidos; para entender a la Gilda maestra jardinera, la Gilda mamá y la Gilda cantante. El tratamiento incluía desde sus primeros a sus últimos pasos. «Ella al principio cantaba temas de otros, no se animaba a ser quien era. Su madre era concertista de piano, no era del ámbito de la cumbia. Es muy extraño lo que pasó: cómo alguien de un extracto social medio pudo llegar a tanta fama, en un contexto tan difícil.» comenta la actriz y también productora del film.
La importancia de este nuevo tipo de cumbia en América Latina fue todo un obstáculo para Gilda ya que, en los noventa, era un tipo de música rechazada en capital. «En ese momento era muy difícil porque Miriam era una maestra jardinera de clase media, muy flaquita, femenina, delicada, sensible. No una mujer voluptuosa y sensual de bailanta. Ella fue la primera que empezó a llevar a las mujeres a los bailes.»
Hoy la cumbia es un boom mundial, pero en ese momento era todo una novedad. Y cuando hablamos de mundial incluimos estadios en Perú, Uruguay, España o Rusia. «Es muy loco ver cómo bailan los rusos cuando hacen 40 grados bajo cero», comenta entre rísas la uruguaya.
La película tuvo tanto éxito que el soundtrack está disponible en Spotify. En octubre de este año, saldrá la serie de Gilda a cargo de Oreiro quien, todavía sorprendida, afirma: «Su música tuvo una repercusión inimaginable y poder representarla es algo increíble para mí.»
En cuanto a lo estético, la actriz de 39 años tuvo que bajar bastante de peso «porque soy más caderona y se me subía la pollera así que me la tenia que pegar con cinta.»
Sin embargo, lo más valioso para Oreiro en esta película fue la relación con la directora y el personaje. En palabras de la protagonista:
La cámara en el cine tiene que tener una verdad basado en la confianza. Yo siempre me entrego a la interpretación. Tengo una personalidad bastante fuerte pero confío plenamente en la dirección y en este caso cumplí mi sueño de retratar los claros y oscuros de una mujer real y a la vez santa como fue Gilda.
Auspicia esta cobertura Colegio Mark Twain.