El Legado del Diablo intenta imponer interés presentando un mensaje de pesimismo desde sus primeros segundos. Con una invitación lúgubre inicial la película dirigida por Ari Aster explora la vida de una familia en los suburbios de Utah, Estados Unidos, después de una tragedia que marca un antes y un después en la vida de ellos.
Lamentablemente Hereditary – título en su idioma original – posee una campaña de marketing que vende pretensiosamente a la película de una forma engañosa. Hablamos de una película que genera falsas impresiones en el público para lograr un objetivo elevado en ventas; esto por un lado es aceptable ya que la incertidumbre sobre lo que se va a encontrar en el film se manifiesta fácilmente; no obstante al finalizar la película el espectador se puede sentir engañado con lo que acaba de ver.
Hereditary se presenta en marketing ala Conjuring/Insiduous (hasta el infalible método de venta de humo y presentarla como la nueva Exorcista) y al final, cuando todo termina, se crean similitudes con The VVitch – película que en su momento me encantó –. La película no es mala pero resulta una estafa solapada por lo menos tras los minutos después de salir de la sala.
Con un ritmo lento que no consigue pegar en el blanco sobre la atención total del espectador la película es potencialmente un fastidio con una vistosa fotografía a cargo de Pawel Pogorzelski (Sigma, Ifeel). Absurdamente densa, el peso de Hereditary se ve en la presentación de escenas de factor shock impensadas que se ven a cuenta gotas en un guión algo rebuscado pero con efectivas resoluciones. Una súbita escena a destacar mezcla el silencio con un impacto en pointblank sobre un poste de luz: esto es brutal, contundente y sumamente desgarrador.
Fuera de la burda insatisfacción de su ritmo, Hereditary ofrece grandes interpretaciones de actores reconocidos. Toni Collette (About a Boy, Krampus) es el alma innata de esta película caracterizando a una madre en plena crisis exitencial por los hechos trágicos que la rodean, también acompaña correctamente el gran Gabriel Byrne (Usual Suspects, Shade) como el padre de la familia que imparte desconexión de los hechos simplemente por no estar «ahí», el resto de elenco cumple pero no impresiona.
Si se quiere disfrutar una película que posee una sobrecarga de imágenes espiritistas con un inevitable desenlace anticipado Hereditary consigue su cometido, por otro lado, si se busca escapar y disfrutar algo rápido que sirva como entretenimiento momentáneo, éste no es ese tipo de películas; si hay algo que nos enseña este film es que tienen que dejar de nombrar productos como si estuvieran a la par del El Exorcista en este siglo. Valoración: Buena.