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Cómo todo fan del cómic, Superman está entre mis favoritos, y honestamente, no puedo decidir quién me gusta más entre Batman, Spiderman, Iron Man o Superman. Este último, siempre fue el más sufrido a la hora de traspasarse a la pantalla grande y chica. Tanto, que hasta hace unos años atrás hablábamos de una maldición.
Si realmente existía, la maldición se rompió cuando Warner Bros encontró la forma de hacer la historia ‘realidad’. La serie Smallville fue la reivindicación y un regalo de Dios para los fanáticos de Superman. El mundo de este superhéroe siempre pareció ser muy grande y muy complejo para la ficción. Si bien Smallville era solo una pequeña parte de la historia (sus principios como adolescente y la transición a hombre-superhéroe), toda la mitología del personaje y su mundo, estaban ahí, para el deleite de sus seguidores.
Uno de los puntos fuertes de la serie, era indiscutiblemente su protagonista, Tom Welling. Después de la serie y de Superman II (Richard Donner, 1980), parecía que nadie podía encajar en las calzas y la capa mejor que Welling (bah, nunca aceptó ponerse el traje) y Christopher Reeve (RIP), y no habría mejores historias y adaptaciones que esas.
¿Acaso voy a decir que Man of Steel está a la altura de lo que esperábamos? Sí y no. Siempre dije que Zack Snyder es un chanta, vende humo. Hace maravillas con lo visual, pero su narrativa como director, bien, gracias! Eso, hoy en Hollywood, parece no importar. Por eso Michael Bay sigue teniendo trabajo, Duh!
Muy a pesar de que la película generaba otro interés porque Christopher Nolan estaba involucrado en la producción y la historia, no era suficiente. Al menos no para mi, por lo que el escepticismo nunca me abandonó hasta después de terminada la película.
¿Cambie de opinión? Sí y no. Otro conflicto interno que tenía era, ¡¿quién es Henry Cavill para ser Superman?! Hasta hace un tiempo atrás, un don nadie, super hot, que ahora le debe toda una carrera gracias al personaje de DC Comics. Cavill es verdaderamente uno de los puntos fuertes de Man of Steel. No es solo una cara y un cuerpo lindo. No creo estar equivocada cuando digo que buscaron a alguien similar a Welling y Reeve para llegar a Cavill. Sus facciones son parecidas y el traje de chico de pueblo, inseguro, super bueno, pero con poderes y una fuerte postura de lo moral y lo correcto, le queda perfecto.
Hablando de lo que más importa, Snyder sigue siendo un charlatán, vende humo, obvio, pero con un muy buen ojo para los efectos (Dios! Esa capa…), aunque eso en realidad se lo debemos agradecer a WETA Digital,. Man of Steel tiene muchos propósitos. El principal, es dar a conocer parte de la historia de Superman que la mayoría no conoce. Su otro punto fuerte es que es una película de ciencia ficción, ni más ni menos. Como siempre debió ser.
Solo Smallville se había arraigado al hecho de que Superman es un extraterrestre. Por primera vez, la historia repite una y otra vez que Superman es Kal-El, hijo biológico de Jor-El (Rusell Crowe), dejando de lado a Clark Kent. Para esclarecer y explicar esta primerísima fase de la historia, el guionista y escritor de Man of Steel, David S. Goyer, se ve en la obligación de hacer un prólogo, demasiado largo y detallado para el espectador medio. Y esto, a lo largo de toda la película, es su mayor defecto y su mayor virtud.
Defecto para el público general, que puede sentirse abrumado con tanta información; y una virtud para el fanático que conoce la historia y aprecia los detalles mínimos en la película. Quiero creer que no fui la única que saltaba como estúpida cuando veía entre cuadro y cuadro, palabras como Lex Corp, Wayne Industries, Sullivan y Smallville por nombrar algunos detalles.
Entonces, ¿cuál es mi problema con Zack Snyder? Básicamente, la mitad de su película. Partiendo del medio hacia el final. El no puede simplemente evitar la grandilocuencia. Su ego es el mayor problema. Es como si quisiera demostrar que Superman, ¡un tipo super pacifico!, puede destruir mucho más a Metrópolis de lo que The Avengers destruyó a New York. Es un concurso de ‘measuring dicks’, como dice Lois Lane (Amy Adams). ¿Por qué Nolan no le puso un freno a su show de fuego artificiales?… Aunque aprecio el gesto de que muestren el Superman que sufre con la sangre en sus manos.
Por otro lado, es realmente hermoso cómo Snyder y Goyer deciden contar la transición de un Clark niño a adolescente y de adolescente a adulto. La fotografía elegida es bellísima. Las pequeñas escenas de chico conflictuado por sus poderes, su deber ser y de familia feliz que se eligen, dan una clara idea de la relación que Clark tenía con su mamá (Diane Lane), pero sobre todo con su papá no biológico, a quien le debe agradecer lo que es. Y en parte, eso es gracias al gran cast que Snyder y compañía eligieron. Hay que resaltar lo bien que se resuelven las historias de Jor-El y Jonathan Kent, además de la calidad paternal que le aportan Rusell Crowe y Kevin Costner a sus personajes.
Para finalizar ¿Me gustó Man of Steel? Sí y no. Es muy común que mi persona se divida en dos: la cinéfila y la fan, la crítica y la apasionada. La primera encuentra en Man of Steel muchas falencias narrativas que Snyder trata de cubrir con su típico espectáculo visual y eso es lo que irrita. Este director está sobrevalorado y no me voy a cansar de decirlo hasta que demuestre lo contrario. Este no es el caso obviamente. La historia se torna insostenible pasado los 90 minutos y la guerra entre el malévolo General Zod (Michael Shannon) y Superman es demasiado extensa para una sola película. No creo que haya sido el enemigo ideal para comenzar otra vez con la historia del Hombre de Acero.
La segunda yo, se deja llevar por esos detalles que solo un fanático del superhéroe puede distinguir y valorar. Este es el Superman que nosotros ya conocíamos y el resto no. Es agradable ver que, antes de ponerlo como el Super Dios todo poderoso que es, por fin se plasma el lado más sentimental y conflictivo de Superman, así como se hizo con la última trilogía de Batman, por lo que sospecho que es todo gracias a la mano de Christopher Nolan.
En definitiva, muchos fanáticos encontraran en Man of Steel defectos que se contraponen con los hechos: ¿y la kriptonita?, ¡Perry White NO es negro! y ¡Lois Lane es morocha, no colorada! Sólo pequeñeces. Pero estando parado de un lado de la línea o del otro, del lado fanático o del lado crítico, Man of Steel está lejos de ser una película perfecta, que sobresale del resto por el reajuste que se le da a Superman y su mitología.