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*Por Milly Bianchiman Sur
La nueva película proveniente de la casa de Mickey Mouse, cuenta cómo unos marcianitos secuestran a la madre de Milo, un nene de 9 años, que luego del suceso se da cuenta de cuánto la necesita. Para recuperar a su mamá, Milo viaja a un complejísimo planeta para poder enfrentar a los alienígenas. En el camino se encontrará con la ayuda de un experto en tecnología, un terrícola clandestino y una nena marcianita rebelde.
Va a sonar algo fuerte, pero la película es una burrada por parte de la productora. Como puede ser concebible hacer una película para chicos, en la que la mamá de un nene es secuestrada por aliens, atada a una camilla para ser disparada por un rayo láser, mientras nos muestran como dolorosamente su hijo llora por lo que le están haciendo a su mamá?. Y algunos de ustedes me dirán que es importante las enseñanzas que intenta demostrar y demás, pero dudo mucho que un nene no resulte traumado antes de haber terminado de ver la película; y a aquellos adolescentes más adultos y menos susceptibles, o los padres que acompañan a sus hijos menores, les resultara muy apetecible una siestita a los 60 minutos o menos de la historia.
Ni hablar de las “elocuencias” de copiar típicas escenas de películas clásicas de ciencia ficción como la alineación de los soldaditos onda Star Wars, o el amorío entre un terrestre y una extraterrestre, que se ve declarado en un campo minado de flores luminosas estilo Avatar; o mejor aún, una lucha entre el bien y el mal, adornada con trajes ajustados y luminosos. Les suena Tron? No puedo terminar de discernir si es un guiño a esta cultura de ficción, o una burla mal ejecutada en todo aspecto posible, porque déjenme decirles que el fin no justifica los medios, ni la mala realización de Marte Necesita Mamás.
Disney, por sobre toda las cosas, en la historia de los dibujos animados, y en el nacimiento de la animación, nos ha demostrado que se puede mezclar la fantasía, con el aprendizaje, y lo cursi que tiene de dejar un mensaje lindo tanto para adultos como para niños al final de las películas, y eso no nos hizo ser condescendientes a la hora de evaluar la calidad de narración.
Con ideas así, podemos esperar que la infancia de las nuevas generaciones carezca de recuerdos divinos e impagables que la mayoría de quienes leen ésto y quien les escribe, mitifican dicha infancia gracias a la magia creada por Disney, que hoy parece opacarse.