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Matthew McConaughey es uno de los actores más conocidos de Hollywood y supo ser, sin dudas, uno de los galanes más deseados. Sin embargo, eso no significa que sea el mejor en lo suyo, ¿no? Entonces, ¿Qué sucedió con el oriundo de Texas que pasó de galancito a ganador del Oscar? Vamos a intentar analizarlo en esta nota.
Como muchos otros actores, Matthew McConaughey es conocido por participar como galán en muchas comedias románticas. Personalmente no es un género que me atrape, ya que las historias suelen ser predecibles y uno puede saber el resultado antes de empezar a ver la película; sin embargo, como chico lindo, Matt ha sido estrella en muchas de ellas con resultados regulares.
Pero un buen actor puede ser multifacético, y a Matthew le gusta. Al igual que varios en el pasado –Jim Carrey por nombrar alguno- se ha separado de la comedia y ha incursionado en los dramas. Así, ha logrado mezclar buenos papeles sin abandonar del todo la comedia. Los dramas le fueron enseñando, lo han acercado a grandes figuras, y sus dotes como actor fueron mejorando. Sin embargo, todavía le faltaba algo más para consagrarse: transformarse de actor en personaje.
Foto: The Hollywood Reporter
Quizá muchos de ustedes sólo lo conozcan por comedias tales como “Sahara”, “Cómo perder a un hombre en 10 días” o “Los fantasmas de mi ex”, pero el reciente ganador del Oscar ha logrado buenas interpretaciones en dramas como “The Lincoln Lawyer”, “Mud” o “We are Marshall”.
Pero McConaughey siempre fue McConaughey . Le faltaba ese algo. Y ahí fue cuando llegó el papel que cambiaría su carrera para siempre: Dallas Buyers Club. Como dije antes, necesitaba un papel que lo transformara de actor en personaje, un papel para que él mismo tuviera que dejar de ser Matthew. De esa manera, no sólo interpretaría a otro, sería el otro.
Hay actores que nunca dejan de interpretarse a sí mismos. Curiosamente esto sucede mucho en las comedias. Adam Sandler o Ashton Kutcher (por mencionar algunos nombres) siempre hacen de sí mismos. Pero Matthew, al someterse a esa increíble transformación en Dallas Buyers Club, pudo finalmente meterse en la piel del personaje y lograr la mejor interpretación de su carrera. No es la primera vez que esto sucede y este tipo de sacrificios logra meterse en el corazón de la gente. Solo recordemos a Tom Hanks o Christian Bale, actores que toman muy en serio sus papeles.
Matthew como Ron Woodroof nos hace olvidar por completo al galancito rubio de Hollywood para meternos en un dramón que literalmente nos pega a la silla todo el film. Nunca hubiéramos pensado verlo así, tan distinto de él mismo. Eso nos faltaba. Más allá de su aspecto físico, que es increíble, hay que destacar su actuación, que es sublime. Él crea la atmósfera, él crea la empatía, ya que el film gira en torno suyo casi por completo. Un total antihéroe que se mete de lleno en nuestros corazones.
Los que lo vimos en el ya mencionado film, sabíamos que era indudable su victoria en la ceremonia de los Oscars. Lo lamento mucho por Leo DiCaprio, y seguramente él mismo lo vio en The Wolf of Wall Street (compartieron una excelente escena), pero ante McConaughey no tenía chances.
Matthew mismo ha comprendido lo que necesitaba para completarse como actor -algo que ya podemos ver en la serie True Detective– y que seguramente veremos en futuras producciones. Solo esperemos que esto no haya sido casualidad, porque ahora que lo tenemos bien arriba y somos exitistas, no toleraremos películas de medio pelo, ¿no?.
Si les interesa conocer un poco más de su filmografía, puedo recomendarles las ya mencionadas Dallas Buyers Club, Mud, We are Marshall y The Lincoln Lawyer, obligadas para verlo y cambiar la perspectiva de un hombre a quien el resto del público sólo conoce por comedias romanticonas que nunca lo habrían visto nominado como “Mejor Actor” en los Oscars.
En cuanto al futuro, lo veremos en la próxima superproducción de Christopher Nolan: Interstellar, y en la secuela de Magic Mike, denominada Magic Mike XXL.
