Cine Oscars

[OSCARS] Doble Homenaje: Crítica a La madre del blues.

Por John Lake

Doble homenaje a Ma Rainey y Chadwick Boseman

Chicago, 1927, en un estudio de grabación un caluroso día de verano la legendaria cantante de blues Ma Rainey se dispone a registrar una serie de canciones junto a una banda compuesta por cuatro músicos. El clima físico y emocional de los participantes no es el más propicio para llevar a cabo la audición donde inmediatamente surgen las tensiones entre los participantes. Ma (Viola Davis), con aires de diva, quiere imponer sus condiciones sobre los empresarios blancos que de manera sumisa aceptan todos sus caprichos, con tal de obtener el disco que les traerá jugosos dividendos. Es arrogante en sus desplazamientos, pretenciosa en sus demandas y dictatorial en el trabajo, todos deben seguir su juego y ponerse a sus pies. En el grupo de músicos se destaca el trompetista Levee, a cargo de Chadwick Boseman en su trabajo póstumo, un incipiente autor de canciones que quiere formar su propia banda, orgulloso y combativo. Carga con un pasado penoso de injusticias y vejaciones que quiere dejar atrás pero que lo acecha de manera peligrosa. Una lucha de egos entre el músico y la cantante que se desarrolla en dos espacios físicos: el estudio de grabación y un cuarto en un subsuelo donde ensaya y descansa la banda. 

En la pieza teatral de August Wilson, en la que está basada la película, están latentes las diferencias raciales y la religión. Los estallidos de los protagonistas, las íntimas confesiones y los mejores momentos de las actuaciones giran en torno a la ausencia de Dios en los momentos difíciles que les tocó vivir, y al estigma de ser afroamericanos. Las actuaciones es uno de los puntos más altos del segundo largo para la pantalla del director George C. Wolfe. Viola Davis, profusamente maquillada para resaltar su piel sudorosa y con colores nada discretos en su vestuario, impone su presencia en escenas cargadas de tirantez y despotismo.

Boseman juega muy bien en las dos puntas. Es irónico y pícaro en los pasos de comedia, demuestra toda su carga dramática en los monólogos desgarradores que le tocan desgranar, es desafiante e intempestivo cuando enfrenta a sus colegas ante supuestas conspiraciones en su contra. El otro punto para destacar es la banda sonora en manos del saxofonista Branford Marsalis, hermano del famoso trompetista de jazz y música clásica Wynton Marsalis, que recrea con sus arreglos viejos éxitos de Ma Rainey. En general toda la producción musical se destaca, desde la selección de las melodías hasta el asesoramiento a Boseman en las precisas posturas que adopta al sonar la trompeta.

La madre del blues genera añoranzas por un ritmo contagioso poco difundido en el presente, y por un actor versátil que compuso tanto personajes de la vida real estadounidense del siglo XX como a héroes de historietas, con una gran convicción y entrega.

Valoración: 7

John Lake

Adolfo Giraldo alias "John Lake" es fanático del cine desde chico, asistió a cursos de cine con Gisela Manusovich y completó la carrera de crítico de cine en la Escuela de la revista El Amante. Sus críticas aparecieron en diversos sitios como cinemascine.net, todaslascriticas.com y en la revista virtual Pez Dorado.