La secuencia clave de Nomadland de Chloé Zhao, es esa conversación, entre dos mujeres maduras, dentro de una motorhome decorada con lucecitas, paraíso del aventurero y del amante de la ruta, en donde cuentan lo que significa vivir sobre ruedas. Porque la película, la mejor de las nominadas al premio Oscar, acompaña a Fern (Frances McDormand) en su viaje en caravana por la ruta que une Dakota de Sur con Nevada, un camino desértico y hostil, en donde el duelo de la protagonista, por la muerte de su esposo, se convierte en contemplación de un estilo de vida, la de vivir sobre ruedas.
Zhao se pone nostálgica, y mete algún que otro sacudón golpebajisimo, pero en esta le voy a dar la derecha y la banco mil, y aquí es el momento, en donde me tengo que poner romántica. La aproximación a las películas, siempre tienen ese toque de emocionalidad personal, una película desastrosa, puede tocar un nervio, sólo uno para que empecemos a verla sin objetivad, así como miramos a la persona que nos gusta, embobados. Asumo el riesgo.
Fren es una mujer que está llegando a la edad jubilatoria, y trabaja por temporada en una empresa de correo, la película la encuentra arriba de su camioneta destartalada, con las huellas del camino y se centran en los vínculos de camaraderia con los otros nómadas que se va cruzando, historias de resiliencias, un amor trunco en el medio del camino (siempre hay amor que dejamos atrás) y la despedida de una amiga, serán el marco para describir lo que se siente cuando estamos solos en un viaje. Y esos primeros planos, que Zhao decide mostrar, de pieles arrugadas, de lágrimas derramadas en silencio y de fríos eternos en un auto en el medio de un aparcamiento, es lo que hace que la película sea tan próxima a la experiencia. “Mi camioneta se llama VANGUARDIA” le dice Fren a Linda, en esa conversación hermosa, porque el auto, es un protagonista fundamental en la historia y tiene nombre, como tantos, como todas, fiel compañero. Y la música diegética, se apodera de un plano detalle de la lluvia atravesar el parabrisas, y resuena la cancioncita del compositor Ludovico Einaudi (gran olvidado en los Oscars), y se siente la lluvia, como si uno estuviese ahí en la soledad de Fern, o en nuestra propia soledad. Y el tiempo se detiene.
Y acá viene el cuento, en otra vida, una vida pasada que no fue hace mucho, fui una nómade y también tuve mi BADLANDS como lo tiene Fren y mi resguardo y mi salvación fue la camioneta. Correr en un acantilado, y sentir el frio de la helada del mar de madrugada, asustarme porque me toquen la ventanilla para que me corra de un estacionamiento, dormir en la calle, que no es la calle sino tu hogar, uno diferente. Cortándome el pelo en alguna estación de servicio, festejando año nuevo con extraños, personas que hoy son mis amigos y al que los que sigo y espero ver algún día. Porque la ruta es huir y encontrarse y aunque me vuelva cursi como Zhoe, es la mejor experiencia del mundo y me quedo con esa escena en donde todos cantan “On Our Vans Again” y son felices, como alguna vez yo también lo fui, en la ruta.
Valoración: 8