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Kara: – “¿No deberíamos llamarle Superwoman?… Si le llamamos “Supergirl” que es menos de lo que ella es… ¿no seríamos culpables de ser anti-feministas?
Cat Grant: –“Yo soy la heroína. Le he puesto una etiqueta, ahora es una marca. Y… ¿Qué tiene de malo “chica”? Yo soy una chica, y tu jefa, y poderosa, y atractiva y lista. Así que si tu percibes Supergirl como algo menos que excelente, ¿no será el problema realmente tuyo?”
Sin prisa pero sin pausa se va desvaneciendo la llamada tercera época de oro de las series de televisión. Cansados de los tremendos dramas etnográficos de los últimos años y de las series del género fantástico que carecen de concepto, imaginación y originalidad, las audiencias norteamericanas prefieren algo más light y gourmet en cuanto a sus gustos en materia de series de televisión. Vuelven los superhéroes de DC Comics y MARVEL e incluso se reactualizan cambiando de sexo, color o vestimenta para hacerlos más potables a la posmodernidad neoliberal que transitamos. Ahora hay superhéroes gay, negros y vestidos a la moda, convenientemente esponsorizados por empresas de consumo masivo y alternativo.
Al mismo tiempo las cadenas de televisión de aire norteamericanas tienen cada vez más problemas para entender las modulaciones del televidente de series del segmento consumidor más relevante (entre 18-49 años) que es el que decide la pauta comercial y por lo tanto, la suerte de cada programa. En ese contexto la estrategia de filtrar en Internet episodios de series aún no estrenadas les permite a los productores tener acceso a miles de reseñas, comentarios, críticas, sugerencias y me gusta sin tener que recurrir a costosos estudios de mercado, ya que los piratas de la Web se encargan gustosos de hacerlo gratis en blogs, foros, sitios webs y redes sociales.
Dicho todo esto, estamos en condiciones de entender cómo fue posible que seis meses antes de su estreno se filtrara el episodio piloto de una de las series en las que la gigantesca cadena de televisión norteamericana CBS pone todas sus fichas y que esa serie no sea otra que Supergirl la prima del no menos famoso Superman. Producida por Warner Bros. y DC Comics, tiene como creadores y guionistas a Greg Berlanti (Arrow, Green Lantern), Allison Adler (Glee, The New Normal), Andrew Kreisberg (Boston Legal, Arrow) y Sarah Schechter (Arrow, The Flash), es decir, profesionales que conocen muy bien el género y su adaptación al público adolescente (de edad y de mentalidad) posmoderno; además, han elegido como protagonista a la carismática Melissa Marie Benoist (Glee).
¿Qué nos ofreció este episodio piloto que seguramente tendrá alguna modificación para su estreno oficial en noviembre? Una Supergirl posmoderna, asexuada, ingenua, carismática, aniñada, simpática, que involuntariamente ha generado una invasión alienígena de supervillanos al planeta Tierra y que va descubriendo que quiere ser una heroína como cualquier adolescente que terminará luchando contra su tía, hermana gemela de su madre. Kara Zor-El/Kara Danvers está rodeada mujeres (su hermana, su Jefa que está genialmente interpretada por Calista Flockhart, su tía y archienemiga) con las que compite porque a pesar de sus súper-poderes se siente inferior a ellas.
Y también rodeada de hombres que la cuidan, la miman, la protegen como James «Jimmy» Olsen ahora convertido en un negro apuesto y metrosexual, su enamorado (interpretado por el angelical Jeremy Jordan), y su figura paterna antagonista, Hank Henshaw (David Harewood), el jefe de la fuerza militar terrestre anti-alienígena (al mejor estilo Hombres de Negro). Y bueno, de eso se trata, de esta niña superpoderosa que debe competir, además, con el fantasma del gran Superman.
La historia tiene los mismos defectos de puesta en escena que son típicos del comic de superhéroes tales como el bizarro uniforme; que nadie advierte que Kara sin anteojos es Supergirl; que la mayoría de los acontecimientos operan como Deux ex Machina, es decir, sin ningún tipo de lógica ni explicación o por qué no se encuentra con Superman. A la vez, le dieron un giro en el que se resalta cada cinco minutos que la conflictuada Kara es extraterrestre y que el eje de la temporada será una invasión de delincuentes alienígenas comandados por sobrevivientes de Kripton que, al parecer, son unos cuantos y todos quieren conquistar la Tierra.
No queda claro en este primer episodio si Supergirl tiene menos poderes que Superman por ser mujer o porque todavía no sabe cómo usarlos pero digamos que la pasa bastante mal durante todo el episodio, incluso porque hasta los humanos tienen armas que pueden ponerla fuera de combate fácilmente. En resumen, a los que gustan del género, a las adolescentes y a los consumidores les va a gustar aunque creo que más que por la historia por su protagonista, por el personaje que viene a disputarles a los hombres un lugar entre los súper-héroes para convertirse indudablemente en la heroína posmoderna de la televisión.