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En preparación para esta anticipada convergencia, Marvel supo prever una ambiciosa familia de franquicias, empezando desde lo más alto en el 2008 con Iron Man, y continuando, a veces, de forma errática con El Increíble Hulk, Iron Man 2, Thor y Capitán América: El Primer Vengador. Nada fue hecho y dispuesto con libre albedrío. Para poder llegar a plantearse The Avengers como una película, hizo falta muchos granos de arena. El mensaje camuflado de ‘Mantenete atento’ detrás de cada crédito final, y de cada guiño en la historia, anticipaba que algo grande estaba por llegar.
The Avengers mantiene plenamente dicha promesa implícita en esa declaración. Dirigida y escrita por Joss Whedon (creador de Buffy, la caza vampiros), ésta película tiene todo lo que debería tener, siempre y cuando hablemos sobre una de las proliferaciones más grandes que ha tenido Hollywood en los últimos años: películas basadas en cómics. Whedon logró una historia que transmite la cinematografía en todos sus detalles, con un guión muy bien equilibrado, sincero, con un humor muy agudo y lleno de momentos brillantes, que se complementan con una serie de efectos especiales muy bien pulidos.
Era difícil tener que ponerse en los zapatos de director. No era una película simple de maniobrar, considerando que son seis los protagonistas de esta historia, y todos tendrían que tener la misma importancia en la trama. El atractivo de todo el elenco hace una diferencia crucial; se ve lo suficiente de cada uno de ellos, y todos obtienen varias escenas para brillar por sí solos.
Una nueva amenaza de aniquilación global se cierne desde el principio en la historia, cuando el hermano del megalómano Thor, Loki (Tom Hiddleston), llega a la Tierra para robarse el Tesseract, un cubo de energía que fue encontrado en el fondo del océano en Capitán América. Desobedeciendo las órdenes de sus superiores, Nick Fury (Samuel L. Jackson), comandante del equipo especial S.H.I.E.L.D., tiene como objetivo movilizar a un escuadrón élite de superhéroes, mejor conocidos como Los Vengadores (The Avengers), para combatir la llegada prometida de un ejército de guerreros del espacio comandado por Loki.
The Avengers no es una mera película que trata sobre personajes heroicos. Los personajes de Marvel siempre se caracterizan por la falta de confianza en si mismos, y se definen por sus fallas y frustraciones. ’No somos un equipo, somos una bomba de tiempo’ dice Bruce Banner (Mark Ruffalo), quien jura que el otro, de nombre Hulk, no se ha manifestado en mucho tiempo.
El equipo está integrado por Natasha Romanoff/Black Widow (Scarlet Johansson), una asesina a sueldo que se traspasa al lado bueno para limpiar la sangre de sus manos. Steve Rogers, el perdido en el tiempo Capitán América, quien apenas se está adaptando al mundo. Thor (Chris Hemsworth) el Dios nórdico, quien cree que Loki bajó a la Tierra para vengarse de él y sus amigos, los humanos. El más nuevito de los integrantes (para quienes no pusieron atención en Thor) es Clint Barton, mejor conocido como Hawkeye (Jeremy Renner), y sus mejores amigos son el arco y la flecha. Y obvio que también está el divo de Iron Man. Tony Stark para los amigos.
Sus egos y sus pasados son lo que los moviliza, y la asunción del ser héroes viene al final, tras un incentivo que los despierta. La capacidad de Whedom es convertir sus problemas en un beneficio para el guión. El sensible Bruce Banner que encarna asombrosamente Mark Ruffalo (asombroso, porque la caracterización es inesperada y funciona), parece el eslabón más débil, pero no. Pareciera que el pasado de Black Widow va interferir en sus objetivos, pero no. Y al parecer Steve Rogers siente que no puede ser Capitán, pero no.
El mayor pecado de Los Vengadores es estar escrita, fundamentalmente, para aquellos que son fanáticos. Y no es qué quien no vio las otras películas de Marvel, no va a entender de qué se trata todo el asunto, pero los gags y los guiños entre todos los personajes son traídos directamente del cómic. Aparte de eso, no hay nada más para objetar.
Joss Whedom, desde el guión no deja ningún cabo suelto, y al final libera a cada uno de los personajes para sus próximas secuelas: Iron Man 3 (2013), Thor 2 (2013), Capitán América 2 (2014) y Los Vengadores 2 (2015). Sin duda, a pesar de las seis grandes estrellas que le dan vida es estos héroes, la interpretación petulante de Tom Hiddleston se roba el show cada vez que aparece en pantalla, mostrando su sonrisa al mejor estilo de Hannibal Lecter o de un joven Jeremy Irons. Quizás, he aquí el mejor villano de Marvel, y el segundo mejor villano de una adaptación cinematográfica del cómic, después de The Joker, interpretado por Heath Ledger.
La producción, en general, es técnicamente inmaculada, y en su totalidad, la película garantiza diversión con muy buen ritmo, que recalca que en Hollywood no todo tiene que ser destruir, y movilizar los sentidos del espectador para satisfacerlo (Michael Bay debería estar tomando nota). The Avengers no quiere trascender por ser una película solo de superhéroes. Joss Whedom trabajó duro para que el film sea puesto en un estándar muy alto, al que toda película de acción , aventura y superhéroes, debería aspirar.
A estas alturas es difícil poner una línea que separe a Robert Downey Jr. de Tony Stark. A este actor no le hizo falta comerse el personaje porque la vida los hizo uno para el otro. Las mejores líneas en The Avengers, naturalmente, son predispuestas para su personaje, quien tiene asperezas con casi todos sus compañeros, y si no las tiene, se las busca.
Iron Man se burla de Thor, en una escena que debería ser titulada ‘Clash of the titans’: “Now there’s this guy”, “Shakeaspeare in the Park”. Y cuando no está llamando Legolas a Hawkeye, está picaneando a Banner para que Hulk se despierte.
Pero toda su fanfarronería no es vano, y Whedom la sabe usar. Stark, para entender a Loki, a quien lo catalogó como diva, lo analiza como si se estuviese mirando al espejo. La grandilocuencia de Robert Downey Jr. está lejos de ser puesta en duda.