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*Por Milly Bianchiman Sur
Hemos hecho un repaso por todas las películas nominadas al Oscar como Mejor Película y no nos podía faltar aquella cuya historia que, desde que vio la luz, se supo que será la ganadora a Mejor Película Animada: Toy Story 3.
Andy ahora tiene 17 años y esta grandecito para jugar con sus juguetes por lo que Woody (Tom Hanks), Buzz (Tim Allen) y el resto de la banda sufren el aburrimiento y la soledad. Pero se pone peor cuando Andy prepara su habitación para dejarla e irse a la universidad. En una confusión los juguetes, que están muy dolidos porque creen que su dueño se deshizo de ellos, son regalados a una guardería. Con la esperanza de encontrarse con niños que los querrán eternamente se entregan a ellos pero pronto descubren que este pintoresco paraíso no es más que el infierno, donde los nenes y el resto de los juguetes están lejos de ser ángeles.
Pixar siempre ha fijado la calidad estándar cuando hablamos de películas animadas y con Toy Story 3 se han puesto una barrera difícil de superar, incluso para ellos mismos. Con esta película se te queman los libros porque no existe elemento en ella para criticar. Si hablamos de la animación la película se ve excelente y la herramienta del 3D es usada con una habilidad sutil para hacer de esta una experiencia más inmersiva sin abusar de los efectos, e incluso cuando la película es vista en 2D la experiencia no es menor. La actuación de voz y la caracterización también son brillantes dándoles vida a estos personajes animados de una manera pocas veces vista.
La película es muy consiente sobre las marcas de juguetes como Barbie y el Señor Cara de Papa, pero esta vez no se trata de los juguetes mismos, sino que se trata de la imaginación que los chicos hacen fluir cuando juegan con ellos. Los chicos en el film no usan celulares ni computadoras ni PlayStation para divertirse; con una caja de cartón y unos garabatos en ella es suficiente para tener la nave espacial que siempre se quiso. En cierto punto parece contradecirse pero el mensaje es claro sobre lo devaluado que están los antiguos métodos de diversión, y lo superficial que son los juguetes en el día de hoy.
Toy Story 3 es una película ingeniosa e inteligente que va en busca de los pañuelitos mojados. Los momentos culminantes son los que celebran la importancia de la imaginación y los recuerdos de la infancia. Recuerdos situados en un momento de nuestras vidas donde creíamos que nuestros juguetes tenían vida, pero como personas egoístas que somos, nos olvidamos de los bellos momentos que nos dieron, y con ellos, de su existencia. Es inevitable no querer redecorar tu habitación con tus viejos juguetes después de este viaje, donde las lágrimas surgen inevitablemente tanto como las risas.
Las películas de Toy Story siempre han sido imposibles de no amar, gracias a su mezcla de corazón, humor y acción, con partes iguales de lo conmovedor, lo profundo y lo emocionante. Este último adiós, el mejor hasta ahora, es un hermoso recordatorio de cómo una simple animación puede hacer magia con las emociones, y transformar a los juguetes en algo mas humanos que nosotros mismos.