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Nadie puede negar la importancia que tienen los soundtracks en las películas. Además de ser una parte valiosa de la cultura musical, juegan un papel fundamental en el posible éxito de un film y sobretodo en el desarrollo de la historia. En el cine, es bien sabido un buen apoyo sonoro puede convertirse en un agradable recordatorio de alguna escena o fragmento. Hay directores que aciertan al escoger minuciosamente lo que quieren que escuchemos al momento de estar exponiendo alguna de sus obras. Suele pasar que escogen tan pero tan bien que, junto con el musicalizador, logran compilar temas para una banda de sonido. Porque no hay nada más fuerte que la música para potenciar un relato (a veces, no tan fuerte) o, inclusive, es mejor que la película en sí misma (!). He aquí 5 ejemplos de esta rara ocurrencia.
La banda sonora de Elizabethtown es un reflejo del viaje que hace Drew Baylor (Orlando Bloom) durante el film. El álbum parece una colección de viejas y excelentes canciones; algunas muy conocidas y otras un poco menos. Está repleta de clásicos que, seguramente, escucharon en algún lugar pero no recuerdan dónde. Es como dice Drew cuando se refiere al personaje de Kirsten Dunst: “Dificil de recordar, imposible de olvidar”. Cameron Crowe sabe perfectamente lo que hace la hora de compilar música para generar un ambiente. Por un lado, es ideal para escuchar mientras manejas. Por otro lado, debido al carácter personal y reflexivo que tiene por momentos, es justo decir que la BSO de Elizabethtown sirve para muchas ocasiones. Es más, se pone de pie por sí sola para aquellos que ni siquiera han visto o ni piensan en ver la película, ofreciendo un verdadero tesoro para cualquier fanático del sonido característico del country con rock clásico.
El disco doble de Marie Antoinette es una fiesta musical. Tan gloriosa como las partes hermosas y llamativas de Versalles. Curiosamente, la BSO elegida por Sofia Coppola, es una completa recopilación de la música clásica, los ‘80 y hasta un tema de The Strokes. Los dos discos siguen en general la progresión temática de la narración: reúne al indie rock/pop ochentoso que nos muestra a la joven archiduquesa de Austria a punto de introducirse a una vida espléndida como esposa del dauphin francés. Pistas exuberantes como “Hong Kong Garden” de Siouxsie And The Banshees o la afrodisíaca “I Want Candy” de Bow Wow Wow, reflejan tanto el entusiasmo adolescente como esa etapa en donde todo parece posible. Sin embargo, para centrarse en la frivolidad superficial de María Antonieta (el personaje y la película) nos introduce, paradójicamente, en la profundidad de la adultez teñida de tonos sombríos con “Plainsong” de The Cure. Como verán, es más que soundtrack que agrada (y mucho). Es majestuosamente atemporal y, como bonus, funciona sin ningún problema como álbum independiente del film.
Si te gusta el grunge, este es tu soundtrack. Menos de un año después de que Nevermind se situara en el mapa musical, apareció Singles. Al igual que gran parte del trabajo de Cameron Crowe, incluyendo Jerry Maguire y la mencionada Elizabethtown, la banda de sonido de Singles es superior a la película a nivel sustancial. Un álbum que capta realmente toda la esencia de Seattle, así como el impacto que produjeron los artistas grunge en el rock alternativo. Escuchamos las bandas más importantes de la época como Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains, entre otros. Pero en lugar de escuchar típicos hits como «Even Flow», «Rusty Cage» o “Man In The Box”, encontramos hermosas rarezas como “Would?” de AIC. De hecho, hay canciones de Pearl Jam que sólo están disponibles en esta BSO, o en el b-side de los sencillos. Dato curioso: la canción «Breath» fue grabada, en realidad, el mismo tiempo que el álbum Ten, por lo que suena bastante similar a muchas de las canciones en este disco.
Al igual que Sofia Coppola, Wes Anderson siempre tiene una gran banda sonora como as bajo la manga. La cosa es que entre sus grandes y reconocidas películas figuran Rushmore, The Royal Tenenbaums y Fantastic Mr. Fox, aunque…no puede decirse lo mismo sobre The Life Aquatic with Steve Zissou. No es una película «mala», para nada, pero está eclipsada por su fantástica banda sonora. En su mayoría, contiene temas del cantante brasileño Seu Jorge, el cual interpreta canciones de su autoría y también sorpresas como el cover de la canción “Life on Mars” de David Bowie, al que le da un sentido muy particular al interpretarlo en modalidad acústica sólo acompañado por su guitarra. Es un soundtrack muy variado en el que se incluye desde la guitarra de Paco de Lucia con el tema “La Nina de Puerta Oscura”, pasando por Sigur Rós hasta el rock ácido de Iggy & The Stooges. Predominan los temas suaves y melódicos, lo que lo convierte en una excelente opción para esos momentos en los uno busca relajarse un poquito.
Bajo la supervisión del director Zack Snyder, Tyler Bates es el encargado de combinar los diferentes estilos musicales con ambientes atmosféricos y estados emocionales que suceden en Watchmen. Varios artistas conocidos de la década consiguen su puesto entre los enmascarados: desde Simon & Garfunkle, Nat «King» Cole, a Janis Joplin, e incluso Leonard Cohen. De hecho, la única cosa que puede considerarse errónea o que estropea la compilación es la torpe versión que hace My Chemical Romance de «Desolation Row», originalmente de Bob Dylan. Es un buen soundtrack de viejos clásicos de la música de los 70′ y 80′, como una declaración jurada (un poco atrofiada al principio) del estilo y forma que caracterizan a la historia. Así mismo, puede ser considerada como un excelente objeto a coleccionar por el aficionado a la música variada y a la obra completa de los vigilantes.