La vengadora anónima en un thriller ecologista
Sierras rodeadas de neblina y un bosque brumoso preceden a un plano secuencia que se introduce en una casa para recorrer todos los cuartos, hasta detenerse en el dormitorio donde descansa una sexagenaria con sus dos perras. La protagonista, Agnieszka Mandat, es una ingeniera jubilada que dicta clases de inglés en un colegio primario de la zona.
Defensora aguerrida de la ecología y de la matanza indiscriminada de todo tipo de animales (salvajes y domésticos), vive rodeada de cazadores furtivos que no respetan las normas. En su comarca reina un autoritarismo patriarcal apañado por la iglesia, mientras que la policía y las instituciones públicas son corruptas o inoperantes como en las películas de Andrey Zvyagintsev (Leviathan, Sin amor). Sus denuncias no encuentran eco, la toman por loca y su lucha se asemeja a la de Sísifo con su piedra.
El film que Polonia presentó para los Oscar en la presente temporada oscila entre el thriller, el género cómico, el costumbrismo hasta el cuento infantil con claras referencias a Caperucita Roja. Una serie de personajes rodean a la veterana protectora de la fauna: un joven epiléptico experto en computación que trabaja para la policía; un comerciante de pieles de zorros que regentea un prostíbulo disfrazado de casino, de carácter violento; un alcalde corrupto; una joven víctima del dueño del casino; un entomólogo, profesor de la universidad que se enamora de la partidaria de la naturaleza; un jefe policial ineficaz y a merced de los sobornos.
Todos ellos forman parte de las subtramas que entran y salen de manera anárquica sin profundizar en ninguna. Algunas surgen a modo de pantallazo, otras esperan por parte del espectador una continuidad, pero el guión las olvida en un descuido que perjudica la obra de la directora Agnieszka Holland.
Los cadáveres comienzan a aparecer y las bestias parecen ser responsables de los crímenes en señal de venganza. Cada estación del año, presentada en el film con los dibujos del calendario de caza donde se anuncia el tipo de animal autorizado a matar para la época, acarrea un muerto con la consiguiente imagen gore teñida de cierta comicidad. La anciana no se contentó con desarmar las trampas y buscó justicia con sus propias manos. Pero en esta híbrida fábula ecológica ella encontrará ángeles protectores que, como en todo cuento de hadas, tendrá un final feliz rodeada de todos sus seres queridos. Valoración: regular
El rastro se proyectará en el marco del Festival de Cine Polaco BAP que se realizará del 4 al 10 de octubre