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Ver cómo la vida de una persona se derrumba en 1 hora 20’, mientras conduce un automóvil por la autopista inglesa, puede ser una experiencia muy interesante o un fiasco terrible. Y ese es el riesgo cuando se decide contar una historia que se desarrolla casi en su totalidad dentro de un auto, está apoyada enteramente en el diálogo y depende mucho de las capacidades actorales de su protagonista.
Locke es eso: 80 minutos en la vida de Ivan Locke, un jefe de obra que termina su jornada laboral pero en vez de dirigirse a su casa, debe hacerlo hacia otro destino. Es casi imposible hablar de la trama sin revelar información, por lo que solo voy a decir que a base de llamados telefónicos, este personaje debe poner en orden varios aspectos de su vida que penden de un hilo.
Con mucha habilidad y soltura, Tom Hardy (Lawless; Inception) se pone el film al hombro y da una actuación impecable. Su personaje atraviesa varios estadíos emocionales al frente del volante, y uno como espectador se identifica con todos. Es para destacar también la participación de aquellos que ponen solo sus voces (Andrew Scott, Ruth Wilson, Olivia Colman) y que sin necesidad de aparecer en pantalla brindan actuaciones convincentes en los pequeños roles que tienen.
El director y guionista Steven Knight (Hummingbird, Eastern Promises) logra que el trayecto de este personaje se vuelva intenso y desesperante gracias a un tratamiento minimalista, con una gran puesta de cámara que explota el uso del primer plano; un montaje ni muy lento ni muy acelerado que busca dar esa sensación de tiempo real, una fotografía excelente y una buena banda sonora que acompaña la atmósfera tensa y para nada alegre.
Locke es de esos films que no se ven muy seguido, que arriesgan mucho aunque no parezca, y que si salen bien, pueden ser grandes películas, de las que todo el mundo habla. Quizá para muchos sea un aburrimiento, pero sin dudas estarán los que pensarán, como quien escribe, que entre las dos opciones mencionadas al inicio, este film se enmarca en la primera…una experiencia sumamente interesante.