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En una conversación casual o casi por azar en una lectura cualquiera, un día aparece esa denominación que nos sonaba seguramente desde hace rato, pero que siempre dejamos pasar. Webseries, un término que se define por sí mismo, pero que a simple vista nos conecta con la idea de un recurso sencillo, de un guion descuidado o de un mínimo casting de actores. Por el contrario, cuando nos adentramos un poco más en el complejo universo de este formato, podemos descubrir que existe una amplia oferta pensada para diversos públicos, donde se cuentan historias realmente atractivas.
Cubiertas por el ostentoso mundo de la televisión –que bien sabemos que se encuentra en un ascenso irrefrenable- las webseries conviven en el vasto mundo de internet, esperando ser reveladas por un mayor número de usuarios. Pero no esperan quietas: se mueven a un ritmo vertiginoso, contagiando a otros realizadores y abriendo un espacio antes impensado para que nuevos proyectos vean la luz de un modo efectivo y accesible.
Claro que aunque sea una idea en ascenso en la actualidad, estas historias contadas a través de la pantalla de un ordenador o de un dispositivo móvil, empezaron hace un tiempo. Malviviendo es una de las grandes pioneras para el público de habla hispana. Nació en Sevilla allá por el año 2008 y su popularidad fue creciendo en diversas partes del mundo, extendiéndose por blogs, foros y páginas web. Se trata de una propuesta sumamente interesante que en sus tres temporadas logró contarnos las vivencias de un grupo de amigos en el ficticio barrio de Los Banderilleros y los altibajos de cada personaje. En cada entrega, sumando un guiño interesante para la gran industria, se presentaban a modo de parodia las intros de grandes series de TV del mainstream, desde Dexter hasta Game of Thrones.
Claro que en estos casos se trabaja en gran parte con un casting de actores amateurs, sin presupuesto y con participaciones gratuitas. Esto no quiere decir que las grandes cadenas no se interesen en estas propuestas, de hecho muchas de ellas eventualmente terminan virando hacia la tradicional pantalla chica.
Tal es el caso de Hipsteria, la web serie de MTV y una de las tantas que pegaron un gran salto al emitirse en algún canal importante y no solamente por un una plataforma de videos o una página web propia. Hipsteria es precisamente una crítica sagaz y divertida a la cultura hípster. Ambientada en Madrid, se comenzó a producir por encargo de MTV –el canal de música buscaba un nuevo contenido para su página de internet- y se comenzó a rodar en tiempo récord.
Las series web se han ido consolidando como una nueva alternativa de entretenimiento, gracias a las demandas de las audiencias jóvenes y a la gran variedad de plataformas para difundir los contenidos. Se dice por esto que la gran presencia de la tecnología que atraviesa la era contemporánea da pie al boom de las webseries.
Este novedoso formato posibilita la creación de relatos cortos (es común que los episodios duren entre cinco y diez minutos) pero con alto impacto, de manera que una historia pueda ser contada en un tiempo breve pero que a la vez, sepa tener el gancho suficiente para volverse efectiva e interesante. Una tarea que no es para nada fácil y donde se tiene que apelar exclusivamente al talento.
YouTube, Vimeo o Dailymotion abrieron el juego para los realizadores de contenidos experimentales y para colocar la producción al alcance de más personas. Luego, las páginas propias o blogs posibilitaron otra forma de acceder a estas series, desde donde muchas despegaron a la TV. Ese fue el caso de la popular Web Therapy, escrita y protagonizada por Lisa Kudrow, que debutó en LStudio.com y tenía un concepto distinto al actual: la sesión de terapia vía cámara web con Fiona Wallice (Kudrow) era mucho más improvisada y libre. Luego, cuando adquirió consistencia y popularidad, fue llevada a Showtime y se convirtió en un guion con marcados elementos y estética de ficción para Internet.
Jerry Seinfeld también hizo lo propio con Comedians in cars getting coffee. La idea, que ya lleva siete temporadas, es simplemente eso: grandes personalidades de la comedia norteamericana se suben a un auto antiguo conducido por el propio Jerry, quien los lleva a algún bar o restaurante a tomar café. Aunque la crítica ha sido muy dividida, esta propuesta no tiene nada que envidiar a las grandes producciones en el plano estético, y además, ha reunido a importantes nombres de la realeza del humor, desde Louis C.K. hasta David Letterman y desde Mel Brooks hasta Ricky Gervais. Sin contar a Sarah Jessica Parker, Alec Baldwin y sus antiguos compañeros de la sitcom Seinfeld.
Park Bench es otro proyecto de estas características, que tiene al frente nada menos que al gran Steve Buscemi, quien gracias a esto ha conseguido hasta nominaciones a importantes premios (entre ellos, un Emmy). Entre Pipas es una propuesta similar de origen español. Es una de las más aplaudidas en su país, y presenta bastantes similitudes con Park Bench: los protagonistas de cada episodio se sientan en un banco de parque y conversan (en el último caso, pipa de por medio). Not like a talk show, more like a talking show, según describe el propio Buscemi.
En Argentina, una de las precursoras de esta suerte de movida web fue Malena Pichot, primero por medio de la popular Loca de Mierda y más tarde, gracias a CUALCA. A través de estos microcapítulos, muchos otros comediantes que se encontraban lejos del ámbito profesional, se animaron a hacer lo propio. Las creaciones de Pichot tienen mucho de autorreferencial y funcionan como una suerte de documental que se encarga de mostrar nada más y nada menos que la tediosa cotidianidad del universo femenino, la pareja y los amigos. No sé qué, Enbabia, Policompañeros o Ripio, camionero y detective, por mencionar algunas, son ejemplos de la producción a nivel nacional y latinoamericano que continúa en marcado ascenso.
La realización cordobesa empieza a tomar las riendas del asunto, y se despacha con ideas de alto nivel. Cara o cruz es y será un gran ejemplo de ello: grabada íntegramente en Córdoba, se trata de una propuesta que no solo busca abrir el juego desde la idea de comenzar a fomentar las producciones locales, sino que también es un relato divertido pero a la vez profundo que nos enseña mucho sobre las relaciones personales, las parejas, el amor y sobre que no hay una sola manera de sentir y de pensar.
Series en la web, sobran. Hay tantas que posiblemente no lleguemos a conocerlas a todas y otras posiblemente serán canceladas antes de que podamos a darles una oportunidad (muchas de estas historias para la red duran apenas una temporada y desaparecen). Pero sí es cierto que hay de todo y para todos, y que siempre se encuentran nuevas formas de contar las mejores historias, las que todavía no se le ocurrieron a nadie.
Tú antes molabas
Whatever this is
The Actress
Un año sin televisión
Se me cayó una idea