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No mires tiene tantas cosas buenas como malas que la termina convirtiendo en una propuesta rarísima. En esta especie de Carrie para nuevas generaciones con un poquito de Dead Ringers de David Cronenberg, la protagonista Maria (India Eisley) debe enfrentar sus problemas de inseguridad, la poca relación que tiene con sus padres, el bullying que recibe de sus compañeros de colegio y, además, del otro lado del espejo esta su doble pidiéndole que la deje entrar a al mundo.
Esta no es sólo la única influencia en el nuevo trabajo del director Assaf Bernstein, dado que es obvio que tomó nota de Let the right one in (2008) aquella obra maestra con la que hizo famoso el sueco Tomas Alfredson; Bernstein no es ni un cuarto de talentoso que Alfredson o Cronenberg y eso se nota en cómo trabaja la puesta en escena.
Subrayando varias ideas para que las entendamos, no dejando un ápice para la ambigüedad y depositando su confianza en el director de fotografía Pedro Luque que logra captar los espacios fríos de los espacios en los que transcurre el conflicto pero también en su afán de tomarse todo en serio se llena de planos que son lindos visualmente pero que esconden algo vacío, ese es su peor pecado. Sacando algún que otro momento de humor negro, el director se toma demasiado en serio lo que está contando y el resultado es que ciertas escenas causan risas involuntarias.
Por otro lado la película logra mantener el ritmo y a pesar de algún que otro bache la historia se sigue con interés. Capaz sea porque en el fondo el espectador puede conectar con ese sentimiento universal de rechazo y poca aceptación que suele ocurrir en la adolescencia o capaz sea porque la segunda mitad es más interesante ya que No mires sigue el relato típico de autodescubrimiento pero cuando finalmente ocurre no es en un clímax como suele ocurrir en la mayoría de estas propuestas sino que da paso a un nuevo capítulo donde explota la acción y hasta donde se juega mucho más su director.
Todo esto también funciona gracias a su actriz principal, que a pesar de no ser convincente en varias escenas en otras lo es y se agradece encontrar a alguien que se juega por su papel y se atreva a hacer cosas que hoy en día podrían causar cierto impacto por lo que propone. El resto del reparto acompaña pero hay que destacar a Mira Sorvino, no porque actué bien, sino porque parece estar dopada todo el tiempo, con ganas de no estar ahí.
No mires es interesante y le da una vuelta a ese sub-genero de coming of age del terror que últimamente viene dando ejemplos paupérrimos, tampoco es una obra maestra ya que tiene demasiados errores que pueden alejar al público de la propuesta. La película es algo intermedio, una pena porque podría haber sido mucho mejor de lo que termino siendo. Calificación: Buena.