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En el año 1975, una australiana llamada Robyn Davidson decidió abandonar la ciudad en la que vivía para emprender un viaje que la llevaría desde Alice Springs hasta el Océano índico, a través del gran desierto australiano. Durante dos años trabajó para un criador de camellos y aprendió todo lo necesario para manejar los animales y sobrevivir en el desierto. Y así, en 1977, con cuatro camellos y su querida perra, Davidson se lanzó a una aventura que le cambió la vida.
Su viaje, documentado por National Geographic, fue retratado en hermosas fotografías tomadas por Rick Smolan, a quien ella conoció en Alice Springs, y quien fue el que le sugirió llevar su historia a la revista. Rick fue el enviado de la National Geographic para acompañar durante pocos días a Robyn en esos casi nueve meses que duró la proeza.
Debido a la atención que causó el artículo publicado posteriormente en la revista, Robyn decidió escribir un libro, titulado “Tracks”, donde narró de manera detallada sus vivencias en el desierto, su encuentro con las tribus aborígenes, sus dificultades, sus temores, sus emociones, y todo lo que le sucedió durante esa maravillosa experiencia.
Ese libro, a su vez, inspiró la película. Con Mia Wasikowska (Alice in Wonderland; Stoker) en la piel de Robyn y Adam Driver (Girls; Inside Llewyn Davis) en el rol de Rick, el director John Curran (The Painted Veil; We Don’t Live Here Anymore) llevó la experiencia a la pantalla, con resultados más que positivos.
Con una fotografía impactante que resalta de manera bellísima y agobiante el extenso paisaje australiano, Tracks se convierte en una historia cautivante que habla de seres humanos que buscan superarse, entrar en contacto con la naturaleza para buscar ese no se qué interno, que los despierte, que los haga sentirse más vivos que nunca.
A través de flashbacks que construyen de a poco el pasado de Robyn (¿Una de las razones por las que decidió abandonar la vida que tenía?), el film narra los años de preparación de la australiana hasta que finalmente decide emprender viaje, atravesando el desierto y con él, muchas dificultades.
Mia Wasikowska compone un personaje muy interesante, que nunca considera lo que hace como algo especial o digno de ser comentado. A medida que ella avanza en la travesía, la gente comienza a interesarse y a lo largo del camino encuentra turistas y reporteros que solo buscan sacarle fotos, hacerle preguntas, cosas con las que ella no quiere saber nada. Robyn solo quiere cumplir lo que se propuso, y bastante tiene con el fotógrafo asignado, como para también sumarle curiosos con cámaras y dispositivos, hambrientos por retratar un momento que no les pertenece.
A lo largo de la historia nunca se conoce la razón concreta de por qué ella emprende el viaje. Son una sumatoria de cosas, explica la protagonista, vinculadas con su clase, con los modos de vida urbanos, con el rechazo al sedentarismo, y con una búsqueda interna, cualquiera sea.
Por lo general, los films de este estilo tienden a conmover y llegar al espectador, y esta no es la excepción. Una experiencia cautivante, del ser humano en contacto con la naturaleza pero también con otros y con uno mismo.
Lamentablemente, el film no va a llegar a nuestros cines (al menos no está programado para los próximos meses), así que si tienen la chance de verlo online, no la dejen pasar, porque es una historia bellísima y emocionante.
