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Vinyl, todo tiempo pasado fue mejor

Por Gervasio Guiñazu

Y si fue mejor nunca lo podremos saber. Lo que si podemos saber es el legado que quedó. Y si bien sabemos que la música ha ido mutando entre década y década, hay una etapa clave, no solo para la composición musical, sino también, para la industria y la manera en que se iba a hacer música de ese tiempo a esta parte. Y aquí tenemos el principal condimento que la genial Vinyl nos regala de entrada.

Ambientada en la New York de los 70, es un retrato de época que nos lleva de lado a lado en una montaña rusa de sexo, drogas y música (no solo rock and roll). Su época dorada, el quiebre del legado que el blues le dejó al mundo y la aparición de bandas que marcaron un antes y un después en la vida de muchos, la aparición de las primeras bandas Punk, el nacimiento de la música disco, son (solo algunos) regalos que Vinyl nos muestra. Y por esto rápidamente entendemos como Martin Scorsese y Mick Jagger están involucrados como productores ejecutivos.

La historia, una mezcla entre un drama tremendo y una sátira a lo Pánico y Locura en Las Vegas, cuenta el constante ascenso y descenso en la vida de Richie Finestra (Bobby Cannavale), dueño de la discográfica American Century y sus relaciones. Su intento de buscar un equilibrio entre una vida de padre respetado y el hombre del oído de oro que todos creen (o él hace creer) que es. La postal de una época, de las maneras de hacer las cosas en esa época mejor dicho, en donde primeros nos empolvamos la nariz y después decidimos. Todo esto se mantiene vivo en un cruce de personajes que es de lo mejor que vamos a ver en mucho tiempo.

Y aquí es donde ponemos el primer signo de exclamación. Un abogado, sin matrícula, un agente finanzas que mete la mano en la lata más de lo que debe, una ex musa de Warhol que dejó su vida de excesos para ser esposa y madre, una aspirante a caza talentos que se abre camino abriendo sus piernas y la lista continúa. Los personajes dentro de la serie tienen tanta vida propia y tanto que contarnos, que en cuanto se relacionan en un cruce de palabras, la química es instantánea.

Porque cuando están tratando de salvar una compañía en quiebra, además quieren salvarse ellos mismos. Esta mezcla de lealtad y egoísmo hace de Vinyl una serie en donde, aunque creamos que conocemos a sus personajes, nunca podemos saber hasta donde son capaces de llegar. Y el límite es infinito. Todo el tiempo estamos pensando que ya tocaron fondo, Finestra principalmente, pero siempre pueden ir un poco más allá.

Si bien la historia se sostiene sobre lo rico de sus personajes, esta debacle constante que es su vida, es por momentos demasiado densa. Es aquí donde entran los momentos musicales de la serie. Las escenas están entrecortadas por cortos musicales que nos sacan de paseo por diferentes géneros para amenizarnos el viaje. La música dentro de la serie tiene tal importancia que hay escenas en donde lo más importante es lo que está sonando, mucho más que lo que está pasando.

En solo ocho capítulos, Vinyl nos cuenta más de la historia de la música que cualquier libro o enciclopedia que podamos conseguir. Desde Elvis, The Beatles y los héroes del Blues de los 50, pasando por Zeppelin, Pink Floyd, Abba para llegar a los New York Dolls. De una u otra manera, todos tienen su lugar dentro de la historia. Algunos con un capítulo en especial, otros mediante anécdotas, de cualquier manera la historia de la música cobra vida minuto a minuto.

Punto aparte para el manejo de Spotify por el cuál han apostado, en donde cada capítulo tiene su track list o bien hay un compilado especial sobre la primer temporada. Incluso, y sin querer spoilear nada, la canción de la banda más importante de la serie, la escuchamos antes por Spotify que en la pantalla.

Finestra, el hombre del oído de oro, la lengua de plata y los huevos de acero (como el se define), es un hombre en constante lucha con el mismo. De entrada nos avisa que por meterse tanto polvo boliviano en la nariz las cosas ya no se recuerdan igual. La serie nos muestra sus dos caras. El hombre capaz de sacar adelante la compañía y encontrar a la próxima voz de toda una generación y el hombre capaz de meterse tanto polvo en la nariz al punto de no distinguir qué es real y qué no. Aquí es donde la trama es realmente atractiva, si bien se mueve en un hilo conductor, la constante es Finestra vs Finestra, y ni el mejor corredor de apuestas puede saber quién será el vencedor.

En esta mezcla voraz nada está librado al azar. Cada instante musical dentro de esta época tiene su lugar y lo hacen convivir entre ellos. La música, ése motor que mueve a las personas, encuentra en Vinyl al aliado ideal para contar su historia.

Gervasio Guiñazu

Nada en el mundo es más lindo que encontrar a tu próxima banda favorita. No quiero ser tu amigo si no llorás al menos con tres de tus canciones preferidas. Si no hay Pink Floyd, que no haya nada.