Cine

We Bought a Zoo: Cameron Crowe casi está de vuelta

Por Milly Sur Bianchiman

Después de los fracasos de Vanilla Sky y Elizabethtown, Cameron Crowe regresa al cine luego de 6 años, con proyectos que representan las pasiones del director. Primero plasmó vagamente su pasión por el rock y la música en Pearl Jam Twenty y ahora en We Bought a Zoo, celebra su amor por las familias y los animales.

We Bought a Zoo está basada en la historia real del británico Benjamín Mee y su familia, quienes compraron un zoológico en Devon, Inglaterra. Mee escribió sus aventuras en un libro publicado en el 2008. Esta adaptación americana es una inteligente película familiar llena de sentimentales melodramas pero sin ser muy cursi ni sensiblera.

Construida alrededor de la ausencia de una madre, esta nueva película de Crowe, relata cómo Benjamín Mee enfrenta la falta de su esposa, con un adolescente muy dramático y lleno de incertidumbre, y una nena de 7 años que a veces juega a ser grande y responsable. El papá de esta familia cree que la solución a todos sus problemas es mudarse lejos de donde su familia se formó. En la búsqueda de un nuevo hogar, Benjamín se topa con su casa ideal, y tanto él como su hija Rosie (Maggie Elizabeth Jones) quedan absortos con ella. El problema, o la solución de sus vidas, es que ésta es un zoológico en ruinas, aunque esto entusiasma a la más pequeña de los Mee, y Benjamín ve la oportunidad de empezar otra vez.

Rosemmor Animal Park está equipada con muchas criaturas exóticas, algunas de ellas enfermas, otras en vía de extinción y además incluye un grupo de cuidadores, una especie de zoológico secundario muy particular, que trabajan  por el amor a los animales, y esto incluye a la bella encargada Kelly (Scarlett Johansson).

En la trama se presentan muchos obstáculos por superar y en el proceso, los lazos familiares son puestos a prueba. Crowe, esta vez pone énfasis en generar conexiones reales entre sus personajes y sus conflictos. La fricción entre un padre viudo y un hijo adolescente lleno de las típicas frustraciones de la edad, y la pérdida de una madre y esposa. Una nena, que al encontrarse nuevamente en un habitad cómodo deja de actuar como adulta para volver a tener 7 años. Benjamín comienza a sentir afecto por los animales en el momento justo y se permite sentir algo por Kelly a medida que deja ir el recuerdo de su esposa.

Las actuaciones están siempre a la altura de las circunstancias, en especial Damon, quien recuerda al vulnerable personaje de George Clooney en Los Descendientes, donde la situación era muy similar. La química que existe entre Johansson en este cuasi romance con Matt encuentra el tono perfecto. Hay algo ahí, floreciendo, pero es demasiado pronto para que Benjamín lo afronte y el guión lo reconoce. También existe algo tierno y verdadero entre las idas y vueltas del malhumorado Dylan y la sensible de Lily (Elle ‘Super 8’ Fanning).

Es un placer ver a Matt y Maggie interactuar. La pantalla exhala tanta dulzura cuando están juntos que es fácil creer porque Benjamín compró el zoológico en parte para complacer a su hija Rosie. El personaje de Maggie Elizabeth Jones es quien se roba la pantalla, pero el que se lleva todas las brillantes líneas del guión es el tío Duncan, interpretado por Thomas Haden Church (Entre Copas, Easy A), quien nunca parece oxidarse.

«All it takes is 20 seconds of insane corage to change your life» Benjamin Mee

Un Zoo en Casa, definitivamente no es la mejor película de Cameron Crowe, pero demuestra un destello de la lucidez que vimos en aquellas películas suyas en los 80 y 90. Es una fantasía retratada hermosamente por el cinematógrafo Rodrigo Prieto (nominado al Oscar por Brokeback Mountain), donde solo existen unos pocos comportamientos ‘normales’ del cine romántico de Hollywood, predecibles o no, pero que no dañan ni la trama ni los lazos afectivos. Crowe logra que nos conectemos con los personajes y al final nos preocupamos por ellos, porque nos terminan importando más de lo que imaginábamos.

Nos alegramos cuando escuchamos We Bought a Zoo! y somos consientes de que  los sentimientos y la diversión fluyen con cada escena por lo que al final, sabemos que Un Zoológico en Casa fue hecha con el corazón, y Crowe está casi de vuelta.

Milly Sur Bianchiman

Cinéfila. Cómic fan. Amante y defensora del hábito de leer y los animales. Detallista a ultranza. Apasionada de los recovecos del séptimo arte.