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El pop dejó de ser una mala palabra en algún momento de la primera mitad de la década de los 2000. Se convirtió en un combo aceptado para disfrutar sin culpas bajo el mando de voces femeninas y coros que lucharon constantemente para disociarse de amar a Britney Spears u odiar a Christina Aguilera. Pero claro, todo tiene fecha de vencimiento en esta vida, incluso para las pop stars: se quedan con vos sólo si vos –o la misma industria musical- lo permite. Otra cosa divertida que sucedió hace unos pocos años en el pop world fue la aparición de Grimes que, no sólo lo hizo aceptable, sino conveniente para esas chicas con cabellos y flequillos raros que querían escuchar sintetizadores que agiten a las masas con dream pop y electrónica experimental. Desde entonces, la generación del sintetizador ochentoso ha renacido reuniendo las cenizas de Kraftwerk para tirarlas al viento junto con los restos de la última resaca de una noche delirante.
De esta manera, aparece desde Londres una atractiva castaña llamada Charlotte Aitchison: la “bombastic UK” mejor conocida como Charli XCX. Tras varios años intentando fabricarse a sí misma, Charli pasó de ser una goth, adolescente y rebelde pinchando discos en raves para convertirse en una estrella pop en ascenso. Ni siquiera hace falta ver una entrevista o clip en vivo para saber cómo funciona Aitchison. Con tan sólo escucharla podemos detectar un impresionante registro vocal, una voz y personalidad totalmente consciente de sí misma. Básicamente, supo cómo aprovechar su imagen desde Internet, su encantador acento británico y su ojos rasgados que dicen nos dicen “I got you”.
Aunque todo no fue color de rosa para Charlotte. Cuando comenzó a grabar sus demos para un posible primer álbum, éste fue archivado y repudiado como «música de mierda en MySpace». Sí, así de terrible. Varios años después, su álbum debut adecuado a su alter ego como Charli XCX, difícilmente puede evitar las constantes comparaciones que los fans y detractores marcan por igual en Tumblr con Sky Ferreira y sus pares. Es que Charli XCX es una gran fan de los años 90 al igual que muchas de su misma generación. Y sólo en el mejor sentido. De hecho, True Romance, su disco debut, comparte título con una película de 1993 escrita por -nuestro amado- Quentin Tarantino.
Ese disco presenta una notable influencia noventosa, y hasta ochentosa por momentos. Charli se codeó –o mejor dicho, persiguió- con productores contemporáneos que usaban en las Spice Girls ciertas técnicas para crear algo distintivo e inmediatamente memorable. Y es justamente en True Romance donde pueden verse y escucharse dichos elementos: una evidente ambición pop que le da prioridad al público radio-friendly. Puede ser que sea natural para Charli mantener la fe en ese tipo de público antes que cualquier otro, no sólo por su edad o por lo que sea, sino también porque obstinadamente hace canciones pegadizas cayendo dentro y fuera del amor, amistad, etcétera como «Nuclear Seasons», «Stay Away», «Set Me Free», «How Can I» o «Lock You Up» que sirven como ejemplos directos para esas temáticas.
También hay tracks de True Romance que no habían aparecido anteriormente en vídeos u otros lanzamientos porque no son tan poderosos, pero son lo suficientemente eficaces para sugerir que el mejor trabajo de Charli XCX aún podría estar por delante de ella. En una época en que muchos recién llegados quieren estar en la cima y estar dispuesto a agradar como sea, Charli está obsesionada en hacer lo contrario y dar marcha atrás mostrando otra cualidad que escasea: una genuina irreverencia. La despliega con su estilo e identidad a través del proyecto True Romance y también en Sucker, que será su próximo disco. Lo que nos sugiere que va a ser digna de seguir en pie por un tiempo. Mantenerse presente en su Tumblr, Instagram, y lo que venga después, claro, pero musicalmente más que nada.
Su alianza con Iggy Azalea en «Fancy» –y un video muy a lo Clueless-, sumando los créditos por co-escribir el hitazo «I Love It» de Icona Pop, hicieron que Charli XCX tenga dos blancos certificados a su nombre. Ahora bien, como adelanto de Sucker, su segundo LP, compartió el primer single “Break The Rules” via Buzzfeed. Por un lado, tenemos a Charli queriendo pasarla bien mientras se apropia y flamea con mucho entusiasmo la bandera #YOLO.
Por otro lado, «Break The Rules» y «Doing it», featuring Rita Ora, encuentra a sus 23 años recién llegada al electropop para rebelarse «contra las reglas» a través de un incesante bassline aclamado por la mismísima Grimes. Tanto “Break The Rules” como “Boom Clap” y otros temas del disco –otro single incluído en el OST de Fault In Our Stars – demuestra la propensión de Charli XCX para los coros grandilocuentes. No hace otra cosa que imponernos la idea de que la música pop no es una mala palabra, sino que trata y abraza una premisa simple: “I don’t wanna go to school, I just wanna break the rules”. ¿Tendremos que hacer lo mismo el próximo fin de semana?