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Helix, cuando lo barato produce una obra de arte

Por Luis García Fanlo

Cuentan en los pasillos de las productoras de televisión norteamericanas que el término bottle episode fue acuñado en los estudios donde Gene Roddenberry filmaba los episodios de la serie Star Trek (The Original Series) durante la década de 1960. Esos episodios, también conocidos como ship-in-a-bottle-episodes eran aquellos en los que la acción transcurría en la nave Enterprise, es decir encerrados entre las cuatro paredes de los decorados, encerrados como un barco en una botella. Estos episodios, que en el caso de Star Trek TOS eran casi todos, tenían tan bajo presupuesto de producción que exigían de Roddenberry, de los guionistas, directores y actores un gran esfuerzo de imaginación y actuación para crear historias que fueran verosímiles para el exigente fan de la serie.

Todavía hoy vemos series de televisión que tienen, cada tanto, su bottle episode y que se considera como el obstáculo que todo guionista que aspire a la fama en la industria debe superar exitosamente; como dicen en los Estados Unidos, del obstáculo hay que hacer una oportunidad, de modo que se puede conciliar el recorte presupuestario con el desafío de hacer una obra de arte. Por algo los norteamericanos son los dueños de las producciones de televisión más exitosas en todo el mundo desde el primer momento en que las emisoras radiofónicas decidieron agregarle lo visual al audio.

Yo les llamo episodios conceptuales, porque precisamente ese desafío que las restricciones económicas le imponen al guionista-jefe y a su equipo, obligan a trabajar codo a codo con el director artístico y de cámaras, escenógrafos, iluminadores, y fundamentalmente, con los actores que deben sacar de sus cuerpos un plus de verosimilitud. Por ejemplo, de los últimos tiempos, me parece que el más logrado de estos episodios conceptuales es Fly de Breaking Bad.

Traigo este tema del bottle episode en referencia a la serie Helix, cuya primera temporada fue producida por SyFy y emitida entre enero y marzo de 2014. Se trata de una serie del género apocalíptico, versión zombie, que marcó el regreso a la televisión de Ronald Moore (Star Trek, Battlestar Galactica, Caprica). Helix es una serie en la que todos los episodios son bottle episode y precisamente la genialidad del producto concebido por Ron Moore consiste en la enorme capacidad para hacer de un decorado bastante sencillo un artefacto que atrapa al espectador en los pasillos, tubos de ventilación, subsuelos, ascensores, cubículos cerrados de una empresa de biotecnología ubicada en el medio del Ártico. Y con un cast muy reducido y prácticamente desconocido por el gran público (excepto quizás por Billy Campbell) que en cada episodio va mermando en cantidad ya que van muriendo uno a uno ante la mirada incrédula de los espectadores.

Conspiraciones mundiales, seres inmortales, experimentos con virus y patógenos fulminantes, zombies con poderes sobrenaturales, militares, científicos, curas milagrosas, escapes imposibles, malos-entendidos y escenas bizarras en las que lo más sangriento y terrible puede ser amenizado con una melodía de los ‘50 o los ’60 de la música masiva y popular norteamericana. Y desde luego, toques melodramáticos entre padre e hija, amantes, ex maridos, hermanos, novios, interculturalidad. De todo, pero en su justa medida y armoniosamente.

Ronald Moore demuestra, a lo largo de esos fantásticos, bizarros e increíblemente imprevisibles, que no solo tiene la experiencia sino también que sabe cómo ensamblarla para crear algo nuevo con materiales clásicos, porque no hay nada nuevo en los elementos utilizados para construir Helix pero sale algo totalmente nuevo de su composición. Convertida por los fans en serie de culto, les recomiendo que aprovechen para ponerse al día y transitar la experiencia Helix, para los entusiastas del género y para quienes quieran aprender cómo hacer una serie de televisión con cuatro paredes, una maqueta, y un poco de tinta de calamar y maquillaje de juguetería.

Luis García Fanlo

Luis E. García Fanlo (Buenos Aires, 1957) Doctor en Ciencias Sociales y Sociólogo (UBA). Investigador del Área de Estudios Culturales (IIGG-UBA). Investigador del Centro de Investigaciones en Mediatizaciones (UNR).